EL POR QUÉ Y EL CÓMO DE UNA REFORMA DE LA SALUD EN EL PERÚ (IV)
Completamos hoy la presentación
resumida de tres capítulos:
Programa Nacional de Agua y Saneamiento
La salud pública no puede
concebirse sin que el pueblo satisfaga primero sus necesidades de agua y
saneamiento. El país es hoy 74% urbano y 26% rural; el primero recibe 82% de
agua potable y 67% de alcantarillado, mientras que el segundo solo 39% de agua
potable y 7% de alcantarillado. Estas cifras están muy por debajo de Chile y
Colombia, donde el servicio está mayormente en manos privadas. El servicio y el
tratamiento de aguas residuales es especialmente deficiente en zonas rurales.
Las lluvias serranas descargan al mar por falta de infraestructura. Un estudio
internacional ha concluido que, en el Perú, la cultura administrativa y la
interferencia política atentaron con esta industria.
Privatización o concesiones a
largo plazo son muy deseables para optimizar el servicio. Es necesario
planificar los cauces de los ríos para que las napas freáticas se recarguen y
los valles bajos tengan agua en épocas secas. Se ha calculado una inversión
presupuestal de 10,000 millones de dólares en diez años.
Aseguramiento Universal
EsSalud solo cubre un 19% de la
población debido que la mayoría de trabajadores son informales. En 2002 MINSA
creó su Seguro Integral de Salud (SIS) pero su financiación solo cubría 15% de
lo calculado. Hacia el 2010 el SIS reporta que aseguraba a un 40% de la
población, a pesar de una denuncia periodística que subsidiaba 240,000 personas
no consideradas pobres. En 2009 el gobierno anterior promulgó una ley de
"aseguramiento universal", declarando que "todos los peruanos
accederán a un servicio de calidad cualquiera sea su condición económica";
seguidamente, señaló su aplicación a unas pocas regiones empobrecidas y con una
cobertura solo para ciertas enfermedades. Al 2012, se calcula que un 35-40% de
la población carece de seguro médico, mientras que en Chile y Colombia la
cobertura es, respectivamente, 96% y 88%.
Un estudio financiero previo es
esencial. Para ello, se requiere de un grupo de expertos al más alto nivel,
independiente de responsabilidades políticas o gubernamentales. La población no
puede ilusionarse con asignaciones anuales de 280 soles per cápita. Se
requieren miles de millones de soles a invertir en la próxima década. Podría
pensarse que si las inversiones, especialmente mineras, continuaran, el país
podría lograr sus metas en salud.
Finalmente, hay que disminuir
progresivamente la informalidad, facilitando el registro de nuevas empresas,
generando más y mejores empleos con una nueva ley general del trabajo, etc.
Acceso universal a medicamentos genéricos de calidad
El principio activo del
medicamento genérico es bio-equivalente a la marca original.
Los medicamentos tienen una
importancia indiscutible en salud, pero su gasto per cápita en países ricos es
100 veces mayor que en países pobres (400 vs 4 dólares). La OMS está
facilitando el empleo de medicamentos esenciales contra la SIDA, tuberculosis y
malaria. Casi la tercera parte de la población mundial no tiene acceso regular
a medicamentos esenciales.
Nuestro mercado farmacéutico
factura 1,400 millones de dólares anuales, 28% de los cuales corresponde al
sector público. La venta por unidades es mayor en el sector público (60%). Un
problema serio es la mafia que trafica con medicamentos falsificados. Por otro
lado, el control de calidad es un problema complejo pero susceptible de
mejorarse. Finalmente, la venta de medicamentos esenciales se realiza sin
receta médica.
Proponemos: 1. Dar prioridad a
medicamentos genéricos de calidad. 2. Compra anual por oficina especializada
dirigida por personal honrado y eficiente. 3. Prohibir ventas sin receta
médica. 4. Combatir mafia de medicamentos falsos, lo cual requiere el apoyo de
la judicatura. 5. Un mejor financiamiento del seguro universal permitirá que
más peruanos adquieran fármacos de buena calidad y a bajos precios. 6. La
privatización de importantes servicios dentro del sector salud debe tenerse en
cuenta, para aumentar su eficiencia y mejorar los salarios de los técnicos de
control de calidad, cuya importante labor debe ser justamente remunerada.