jueves, 30 de junio de 2016

Y LOS PERUANOS DESPERTARON

Y LOS PERUANOS DESPERTARON

No todos, pero sí el 50.124% de los que votamos en la segunda vuelta de nuestras elecciones presidenciales y ello bastó para cambiar la historia.

Hace casi 4 años nació este modesto blog. Su autor, médico de profesión, venía proponiendo hacía un lustro una moderna reforma de salud, pero ella no podría iniciarse con un gobierno acéfalo, algo evidente después de un año de mediocre desempeño. Baste recordar que, en su primer mensaje a la nación desde el congreso, Ollanta  anunció que “todos los peruanos recibirán tratamiento gratis contra el cáncer”.

Vuelto definitivamente al Perú, luego de 30 años en los Estados Unidos y habiendo completado un tercer retorno, no pude menos que volcar en las redes sociales mi crítica y desilusión por tanto tiempo perdido por gobernantes y gobernados, mientras el pueblo continuaba recibiendo una atención médica de tercer mundo, salvo suficientes honrosas excepciones. Así, en Abril y, tres meses después, en Mayo 2013 mis blogs exhortaban a despertar a mis compatriotas, tratando de resucitar la educación cívica de la población y la búsqueda de nuevos líderes.

Un año después, salía “Pensando en el 2016”, alertando a los compatriotas que estábamos próximos a perder el tren de la historia, mientras las instituciones continuaran su marcha complaciente, muy criollas, informales, con sus características deficiencias en el capital humano. La competitividad y el civismo eran virtudes más bien foráneas y los políticos seguían muy ocupados en sus mezquinos intereses. Empero, la población ya mostraba su creciente desconfianza en el gobierno. Se conceptuaba que la búsqueda de líderes políticos era nuestra única esperanza, siempre y cuando se acompañasen de un equipo de expertos, sin cuyo concurso no habría despegue posible. Finalmente, se mencionaba el decisivo rol que le cabía a la juventud.

Ya en pleno 2015, anotábamos la urgencia de abrazar un verdadero pensamiento proactivo para encontrar las autoridades que verdaderamente merecíamos. Comentábamos que ninguna idea es buena si no va seguida de esfuerzo, trabajo y disciplina. La prensa debería asumir su responsabilidad, llevando estos mensajes a los confines del país. El poder electoral tendría que aplicar la ley y exigir una transparente rendición de cuentas y aportes, así como obtener información detallada de cada postulante, sin excepción. Finalmente, hablábamos sobre la organización de debates políticos entre los candidatos a fin de que la población conozca los planes de gobierno, pero no a la hora undécima sino con meses de anticipación.

Así corría el tiempo, hasta que vimos detenido nuestro crecimiento económico, mientras campeaban la corrupción, la inseguridad ciudadana y el narcotráfico. Con excepción de alguna mejora educativa, las reformas no levantaban vuelo. La gran pregunta era si la población tenía consciencia de la pobreza de su elección. El poder electoral había solicitado reformas urgentes. El congreso y el poder judicial mantenían su bien merecida desaprobación general.

La orientación periodística al electorado nacional era, hacia fines del 2015, más apremiante que nunca. La población había reconocido haber elegido mal. Nosotros afirmábamos que era imprescindible incluir a la ciudadanía en el debate político, en lugar de tontamente mantener a la población en vilo con semanales encuestas ya en pleno 2016, con un sinnúmero de candidaturas. Había que tomar examen oral a los candidatos y propusimos cinco debates mensuales, a partir de Octubre 2015. Por supuesto que nadie escuchó.

Y entonces llegaron Abril y Mayo 2016. Milagrosamente, suficientes peruanos despertaron y el 28 de Junio, en una histórica ceremonia en el Teatro Municipal, Pedro Pablo Kuczynski recibió, junto con sus vicepresidentes, el encargo del Jurado Nacional de Elecciones de liderar al Perú en el quinquenio que lo lleve a su bicentenario.

Muchos hablan de los escasos cuarenta y tantos mil votos de diferencia. Yo pienso que en la lista dos hay millones de esos peruanos que continúan adormitados en su pobreza y su ineficiente educación y que, abandonados a su suerte, han sido presa fácil del asistencialismo político y la demagogia de sucesivos encantadores de serpientes e irresponsables dictadores que desafortunadamente hemos tenido a lo largo de casi doscientos años de vida republicana. Aquellos peruanos adormitados finalmente serán justamente tratados por este líder que reapareció en la política y que los mediocres lo tildaban de extranjero y lobista. Este peruano diferente volvió al suelo que lo vio nacer a poner el hombro, dejando atrás riquezas foráneas, para hacer justicia a las mayorías del Perú profundo. Yo estoy convencido que será exitoso una vez más y que el país podrá alcanzar la modernidad. Es hora que los muchos peruanos capaces que tenemos se unan en torno a cumplir el deber que les compete.

Y todas estas expectativas que hoy acariciamos, se la debemos a los millones de peruanos que lograron despertar a tiempo. Que este pasado quinquenio no se vuelva a repetir jamás.

Ahora sí, este médico puede pensar que algún día cercano, los pobres y los no tan pobres del Perú tendrán prevención y atención médica de calidad. Esta es una lucha que aún sigue en pie.

Jorge E. Uceda
Miraflores, 30 Junio 2016