viernes, 14 de agosto de 2020

PRESIDENTE SE BURLA DE LOS PERUANOS Y SUS MUERTOS

  

A pesar de las desastrosas consecuencias de su gobierno y obtenida la confianza de su gabinete ministerial por un congreso de mediocres, Vizcarra se atreve a repetir su fracasada y criminal política sanitaria, tercamente ignorando los consejos de los que saben y, en el colmo de su enfermizo pensamiento, se burla de los peruanos y sus más de 50,000 muertos contratando como consultor nada menos que a su ex ministro de salud, ejecutor político de la desgracia que sufre el país.

No le queda ninguna duda a este escriba que aunque miles de peruanos ya no pueden expresarse, sus dolidos familiares y las grandes mayorías nacionales, desean expresar su protesta y exigir un punto final ante tantos desaciertos e insultos.

La ciudadanía reclama:

1. Hacer pruebas moleculares para identificar a las personas infectadas por el coronavirus.

2. Hacer un cerco epidemiológico del virus, buscando los recientes contactos de las personas infectadas, aplicando a ellos una respectiva prueba molecular.

3.  Aislamientos de infectados y sus contagios positivos por 15 días, los menos graves en sus domicilios (darles medicamentos y comestibles) y los más graves en hospitales o carpas de campaña militares (darles medicamentos, oxígeno y cuidados especiales) hasta su total recuperación.

El ministerio de salud no es capaz por sí solo de llevar a cabo la estrategia señalada, sin el concurso de la empresa privada, las fuerzas armadas y la iglesia. Las fuerzas armadas y policiales, como importante fuerza tutelar de la nación, hace meses está preparada para activar su inmejorable organización logística para hacer posible una cruzada nacional acorde con la extensión y severidad de la pandemia. La iglesia cuenta con numerosos activistas con experiencia y una probada actuación en el campo. Finalmente, la empresa privada tiene la fuerza organizativa para adquirir respiradores, pruebas moleculares, oxígeno y los insumos necesarios para proteger a los enfermos y al personal sanitario.

La otra desesperada crisis nacional, la económica, tiene que ser liderada por expertos economistas que hace tiempo vienen expresando medidas acorde con la gravedad sistémica del caso, en contraposición con el manejo ineficaz e inexperto de un ministerio de economía que también ha mostrado gruesos fallos e incapacidad para manejar una informalidad y desocupación que siguen creciendo, sumadas a quiebras comerciales, endeudamiento general y una galopante recesión económica.

Por otro lado el pueblo no puede, como pretende el gobierno, desatender el proceso electoral de abril 2021, el cual nos hace recordar al peligroso iceberg que causó el hundimiento del Titanic en 1912. Hay que estar muy atentos. La tripulación debe estar muy unida, no con la aparición de varios grupos de social-confusos que nos lleven a naufragar y despertar luego en una isla donde se instale un dictador que reparta mendrugos a todos por igual, mientras su grupúsculo familiar dominante vivan como reyes por siempre jamás.

A la indignación expresada arriba, hemos insistido en aquello que los peruanos exigen, a pesar de la prensa comprada y sometida al gobierno. Sin embargo, es hora de que las fuerzas vivas de la nación entren a tallar ante tanta burla, ineptitud, arbitrariedad e injusticia. De no hacerlo, la errática mentalidad de este gobierno golpista producirá 100,000 fallecidos a fin de año. ¿Seguiremos pusilánimes o la juventud y la inteligencia de los confinados mayores de 65 nos harán despertar y nos llevarán por los caminos seguros para sobrevivir y retomar la libertad y la democracia?