viernes, 15 de mayo de 2020

PERU Y EL COVID-19 EN EL MES DE MARIA



El virus entró mientras las autoridades dormían. Como los enfermos se multiplicaban, la estrategia del gobierno apareció: “A las trincheras con todos”. Dos meses después, todo el Perú supo que la cuarentena fracasó. En este mes pasamos los 2,000 muertos y 70,000 infectados. ¡Ocupamos el puesto 13º de los países más infectados y el puesto 19º de fallecidos/por millón de pobladores en el mundo! Nuestro sistema de salud prácticamente ha colapsado. Nuestros médicos y enfermeras están falleciendo. El temor, la incertidumbre, el hambre de los informales y el terrible impacto económico en los hogares han afectado a la población.

A este noble y estoico pueblo peruano, las múltiples opiniones, discusiones y vaticinios de opinólogos, “expertos”, profesores de universidades mundiales, especialistas en salud pública, epidemiólogos, infectólogos, economistas, empresarios, políticos, periodistas, antropólogos y un largo etcétera de los que asaltan al internet, lo tienen entre confundido y hastiado de “las noticias”.

Lo evidente ahora es ¿qué podemos hacer? La respuesta tiene que ser clara y puntual, pero sería aventurada si antes no revisamos antecedentes verdaderamente importantes.

Durante 15 años he estado proponiendo sin suerte una reforma del sistema de salud en el Perú. Los indicadores de salud actualizados anualmente nos ubican en el puesto 15 de 21 países latinoamericanos. La deficiente atención en salud es conocida por la población. El Sector sigue desconectado por instituciones que dependen de varios ministerios. La educación médica y paramédica se ha convertido en un negociado que funciona a espaldas del pueblo. El financiamiento de la salud ocupa el puesto 13 de 21 países en Latinoamérica y el gobierno ha mantenido este craso error presupuestario. La cobertura de salud es insuficiente. Los recursos humanos están fuertemente concentrados en Lima y escasean lastimosamente fuera de la capital. Una moderna y equipada atención primaria de la salud es inexistente y requiere profesionales y equipamiento. La reforma propuesta consta de siete capítulos explicados en forma detallada. Como toda reforma cuesta, la performance económica de la última década la limitaba cada vez más, hasta que Covid-19 la ha vuelto impracticable por ahora.

Retornemos a lo que podemos hacer en este mes de Mayo. En Medicina, el tratamiento no puede preceder a una acuciosa y verdadera historia clínica.  El 24 enero 2020 la Organización Panamericana de Salud alertó a las Américas sobre el Covid-19, “encareciendo descubrir, aislar y cuidar a pacientes infectados con el nuevo coronavirus, en caso de recibir viajeros provenientes de países con brotes comprobados”. En Brasilia, entre 6-7 febrero, organizó prácticas sobre pruebas moleculares, asistiendo delegados latinoamericanos, incluyendo a Perú. No siendo un médico epidemiólogo, mis 45 años de práctica profesional me hicieron pensar que las fronteras y nuestro aeropuerto principal traerían el virus al Perú y que lo lógico sería esperar a los viajeros con pruebas moleculares a la mano y usarlas si ellos mostraban síntomas o si venían de Europa o Asia. Les hacíamos el hisopado y los internábamos en los salones VIP o en el hotel del aeropuerto; 24-48 horas después, si las pruebas eran negativas salían a sus domicilios y si eran positivas se les ponía en aislamiento por 15 días, en casa o en hospital según la severidad del cuadro clínico.

No sabemos cómo se preparó el gobierno a pesar de la insistencia de OPS durante todo el mes de febrero, excepto que se veían grandes colas en el aeropuerto para tomar temperatura frontal y preguntar por síntomas; las personas a-febriles y asintomáticas pasaban los controles y esto se replicaba aún en viajeros procedentes de Europa o Asia o países ya afectados. Cuando el primer infectado llegó a su casa proveniente de España, Francia y República Checa, contagiando a siete familiares, el presidente anunció el 6 de marzo en cadena nacional la aparición del “paciente cero”. El 15 de marzo se declaró una férrea cuarentena pero con una “estrategia epidemiológica” acompañada tan solo de ¡45 pruebas moleculares diarias! Sin considerar nuestro 70% de informalidad, la precariedad de sus pobladores y su carencia de agua potable, se insistió en el encierro a ultranza y luego se decidió distribuir pequeños bonos económicos, lo que desencadenó las naturales aglomeraciones que hizo trizas al distanciamiento social. Sin ahondar en los gruesos y nunca reconocidos errores del gobierno, la lógica conclusión a los dos meses de “cuarentena con toque de queda” fue que ella experimentó un rotundo fracaso.

Retornando al inicio de nuestra saga, en aquellos primeros días de marzo, el cerco epidemiológico del virus se tornó imposible por la ausencia de pruebas moleculares. Pronto nos enteramos que el ministerio de salud solo tenía 50,000 de esas pruebas. Nuevamente ésta guerra nos encontró sin suficientes municiones y con una equivocada estrategia. Países avanzados como Taiwán, Japón, Israel, Nueva Zelanda, Alemania y Chile practicaron un efectivo cerco epidemiológico, empleando varios miles de pruebas moleculares al día y sin recurrir a cuarentenas que paralizaran sus economías. Los resultados están a la vista.

La cercanía e interconexión de los países europeos les tomó a muchos de sus gobernantes por sorpresa. Aeropuertos y estaciones de tren no pudieron contactar los numerosos contagiados asintomáticos y los grupos vulnerables no fueron protegidos con la aconsejable rapidez. Hubieron excepciones como la del pueblo del Veneto Vo’Euganeo quienes hicieron pruebas moleculares a todos los pobladores (incluyendo asintomáticos) y pudieron llevar a cabo un exitoso cerco epidemiológico, mientras Lombardía y el resto de Italia alcanzaron el ominoso puesto tres en mortalidad mundial (514 fallecidos por millón de habitantes), detrás solo de Bélgica (763) y España (580) al 13 de mayo. Otros países con mayor mortalidad/millón habitantes son: Inglaterra (489), Francia (415), Suecia (343), Holanda (325), Irlanda (303), Estados Unidos (255), Suiza (216), Luxemburgo (165), Canadá (138), Ecuador (132), Portugal (115), Alemania (93), Dinamarca (92), Irán (81), Austria (69), Perú (62) y Brasil (59).

Hacia mediados de Abril, la propuesta de Knut Wittkowski para proteger la población vulnerable y contener la prolongación de la enfermedad mediante la inmunidad comunitaria, apareció tardíamente, pues la gran mayoría de países habían ya iniciado el distanciamiento social y la mayoría de escuelas habían cerrado sus puertas, algo observado en 95% de los colegios en Latinoamérica.

Perú, a los 2 meses de cuarentena

Entre los países con mayor número de contagios, ocupamos el puesto 13º. Nuestros 62 fallecidos por millón de habitantes nos asigna el puesto 19º en el mundo. Después de haberse extendido la enfermedad en Lima metropolitana, ahora está invadiendo Lambayeque, Piura, Loreto, Ucayali, Ancash, La Libertad, Ica, Junín, Arequipa, Tumbes y Cajamarca. Los “Pueblos Jóvenes”, donde vive la gran mayoría de nuestros 70-75% de informales, carentes de agua y servicios, sin refrigeradoras, sufren hambre, pobreza creciente y abandono sanitario. Las interminables colas que se formaban para lograr la cobranza de esquivos bonos o para buscar en los mercados lo poco que pudieran adquirir o para ser atendidos en hospitales colapsados por doquier, fueron el resultado de la improvisación e incapacidad de nuestros gobernantes. El heroico esfuerzo de médicos, enfermeras y personal sanitario auxiliar, particularmente escaso fuera de la capital, ha cobrado decenas de fallecidos y cientos de infectados. Esto también ha ocurrido en el personal policial y militar. Muchos pobladores de los barrios marginales de Lima, desesperados, procedieron a intentar migrar con familia y escasos pertrechos a sus comunidades de origen y se convirtieron en vectores de la enfermedad.

Estos días de cuarentena se caracterizaron por los “monólogos del presidente”, transmitidos por una prensa cómplice, que llegó al colmo de utilizar encuestas vía celulares para inventar un inexistente masivo respaldo ciudadano, todo en medio de una serie de atolondrados decretos de urgencia para enfrentar la epidemia y resolver la severa crisis económica del país con sus quiebras de empresas de todo tipo, despidos y orfandad laboral. Al final, los “estrategas” aceptaron que la cuarentena no tuvo éxito, pero que el culpable fue el pueblo, dijeron.

¿Cómo explicar el fracaso de la cuarentena? Expertos europeos y asiáticos han establecido que no se puede combatir el virus si no se sabe dónde está y eso se hace mediante las pruebas moleculares. En Alemania, el 6 de enero se creó un Comité Permanente de Vigilancia que incorporó pruebas de diagnóstico. Según el Instituto Koch, Alemania hace 160,000 pruebas moleculares por semana; Corea del Sur registró 10,000 de ellas diariamente. El mayor número de pruebas y de casos detectados hace que la tasa de mortalidad de los infectados sea menor. En Alemania, 70% de los infectados tenían entre 20 y 50 años de edad.

En Italia, 2º país con más adultos mayores después de Japón, 58% de los infectados eran mayores de 60 años (media de 66 años). Sin embargo, Italia tiene 514 muertos por millón de habitantes y Japón solo 5 fallecidos por millón. Esto nos enseña que la detección precoz es un factor muy importante y esto se logra con el uso masivo de pruebas moleculares.

En el Perú, el presidente y su renovado equipo de salud, tercamente han utilizado estadísticas basadas en 84% de pruebas serológicas (446,575) mezcladas irresponsablemente con un 16% de pruebas moleculares (85,594) al 13 de mayo. Calificamos de irresponsable este proceder, porque los test serológicos o pruebas rápidas tienen un alto porcentaje de falsos negativos por lo que no deben ser realizados como prueba diagnóstica, sino solo para hacer estudios epidemiológicos y para evaluar respuesta a una vacuna que tardará mucho en aparecer. Además, la positividad de las pruebas moleculares es el triple de las otras. Así, la actual cifra de 70,000 infectados debería estar cerca de 200,000 si solo se hubiera empleado pruebas moleculares para desenmascarar una enfermedad esquiva al diagnóstico en nuestro país. También se descubre la irresponsabilidad y hasta crasa ignorancia del gobierno al haber abandonado por completo la detección precoz de nuestra pandemia al usar esta insignificancia de pruebas diagnósticas. Finalmente, no queremos pensar que el menor precio de las pruebas rápidas habría tenido relación con su masiva compra.

Y hablando de compras, a mediados de Abril, el gobierno desechó la extraordinaria oferta de una empresa estatal israelí que ofrecía 1,000 respiradores con todos sus aditamentos, por un total de US$ 10.8 millones (unos 10,000 dólares c/u, comparado con los adquiridos en Ate por 52,000 dólares c/u (que luego se devolvieron por irregulares) y los adquiridos en Ica en 2019 por 58,000 dólares c/u. La compra se tenía que hacer de gobierno a gobierno. Mientras tanto, los enfermos graves, especialmente en provincias, fallecen sin soporte ventilatorio.

Ahondando su incongruencia, el presidente ayer opinaba que el Perú había llegado a la cima de los contagios y que “comenzaba un nivel de descenso”. Increíblemente, reportaba 4,247 casos desde el día anterior. Este número es 4º en el mundo, detrás de Estados Unidos (21,712 casos y 331 millones de habitantes), Brasil (11,555 y 213 mill) y Rusia (10,028 y 146 mill).

No siendo economista, este recuento no ahondará en este tipo de discusiones que, con el tiempo, abarca urgentes y muy importantes consideraciones. Es evidente que el impacto de la prolongada cuarentena cada día ahonda la crisis socio-económica en el país, requiriendo del concurso y sapiencia de connotados especialistas nacionales.

Hasta que el 14 de mayo apareció la verdad

El diario Expreso responde hoy a la pregunta que nos hicimos en el sexto párrafo de este documento: El 31 de enero, MINSA presentó su Plan Nacional de Preparación y Respuesta frente al riesgo de introducción del Coronavirus 2019-nCoV, que forma parte de la Resolución Ministerial Nº 039-2020/MINSA y que apareció en El Peruano al día siguiente. El paquete normativo estaba firmado por la Ministra de Salud y los vice-ministros de Salud Pública y de Prestaciones y Aseguramiento. Aquí se lee que los técnicos del Ministerio siguieron las recomendaciones de OPS/OMS y el Plan se orientaba a preparar sistemas de vigilancia de Migraciones en nuestras puertas de entrada, capacitar y proteger al personal de salud, incluyéndose la necesidad e importancia de las pruebas moleculares basadas en la experiencia norteamericana y pasadas pandemias. Las directivas específicas planteaban “la necesidad de adquirir materiales para la obtención de muestras y equipos de protección personal por el Instituto Nacional de Salud y los Laboratorios de Referencia Nacional”. Además, se planteaba la vocería única del Ministerio. El Plan demuestra importante metodología y se acompañaba de una amplia bibliografía.

Este trascendental documento técnico parece haber sido ignorado por un Ejecutivo que gobernaba sin Congreso, mientras la Prensa pareciera haber dejado hace tiempo de ser “la más noble de las profesiones”.


Nos queda la segunda mitad de este mes de Mayo del 2020. La devoción a la Virgen María nació hace muchas décadas durante nuestros formativos años juveniles, alegres y llenos de fe y esperanza. A Ella recurrimos ahora para que ayude a este pueblo que sufre injustamente.