La
desnutrición de la madre gestante no solo afecta el crecimiento del feto sino
lo condena a irreversibles defectos genéticos y a un permanente subdesarrollo
encefálico. En otras palabras, en el Perú, una madre gestante desnutrida
produce taras incurables en los genes y el cerebro del hijo que va a procrear.
Información
reciente de connotados científicos que han estudiado la Malnutrición
Materno-Fetal en poblaciones de países emergentes, ha demostrado claramente cómo evitar esta tragedia.
Con
el invalorable aporte del pediatra Luis Caravedo Reyes, decano de Cayetano
Heredia entre 1990 y 2002, y de la nutricionista María Luisa Figueroa, pudimos
acceder a una abundante literatura internacional que sustentó nuestra
publicación en la Revista de la Universidad Cayetano Heredia en Junio 2021
titulada “Malnutrición Materno-Fetal:
Revisión de la bibliografía internacional y la urgencia de estudios, prevención
e intervención en el Perú”.
Es
obvio que los problemas que afectan al común de nuestros ciudadanos, así como la
vorágine de sus actividades, obligaciones y responsabilidades, los eximen de
detenerse, aunque sea por un generoso instante, a considerar un tema que
creemos de suma importancia y actualidad. Cada día, en el silencio de lo que no
es noticia, nacen niños peruanos con defectos genéticos y neurológicos. Como es
característico, el problema es de larga data, nadie se preocupó de prevenirlo y
menos se pensó en medir el cociente intelectual de los que cumplieron 8 y 16
años de edad.
El
Perú necesita que paremos unos minutos y tal vez apreciemos que para mejorar
hay que romper un círculo vicioso que, por ser común, nadie se pone a pensar en
ello y además, por ser costoso y requerir una o dos generaciones, proponerlo es
exponerse al rechazo y a ser considerado como otro discípulo de Tomás Moro.
Sin
embargo, ¿alguien ha pensado cuándo se origina el poder económico, la ausencia
de corrupción y la felicidad ciudadana de los países de primer mundo? ¿Por qué
no sufren de una mala educación, pobre salud, corrupción y arcaica justicia?
¿Sus instituciones vienen por generación espontánea o son los ciudadanos los
que las gestan con dedicación y esfuerzo? Con todo respeto, la respuesta es una
verdad de Perogrullo: Se origina en el nacimiento del ser humano,
específicamente, en el momento de la procreación. Siempre y cuando la madre
gestante fuese nutrida y cuidada con esmero.
Nuestra
propuesta ha sido presentada en diciembre del 2022. Para prevenir la Malnutrición
Materno-Fetal en el país es fundamental la organización de un proyecto piloto
en 4 distritos de la ciudad de Lima. La metodología será similar a la publicada
internacionalmente durante más de una década. El trabajo para el proyecto
piloto en nuestro medio es absolutamente realizable. Consideramos que la Alcaldía
Metropolitana de Lima puede ser la institución para iniciar el proyecto, ya que
sus Hospitales de la Seguridad se ocuparían de las evaluaciones y seguimiento.
Seis
a doce meses después, el proyecto piloto daría lugar a la creación de una nueva institución que se ocupe de la labor a
nivel nacional. Es aquí donde nace el Instituto de Prevención de la Malnutrición
Materno-Fetal. Como esta campaña nacional requiere presupuesto para una a dos
generaciones, no puede estar sujeta a los vaivenes de la política e intereses
subalternos. Tiene que ser autónoma del Gobierno, con un Directorio ad-honorem,
empleados altamente técnicos y escogidos por riguroso concurso. Dicha
institución estará sometida a estrictas auditorías internacionales. La
metodología llevada a cabo durante el proyecto piloto, luego de científico
seguimiento, habrá demostrado su eficiencia y podrá continuar con los ajustes
necesarios para expandir su beneficio a todo el país.
Si
bien aún no hemos logrado el compromiso de la Municipalidad Metropolitana del
Lima, esperamos el indispensable impulso político que lo concrete. El proyecto
piloto es perfectamente posible. La propuesta de extender la prevención a todo
el país puede sonar tan increíble como la redondez de la tierra ocho siglos
atrás.
A los incrédulos, cito a Pericles: “Si Atenas te
parece grande, considera entonces que sus glorias fueron alcanzadas por hombres
valientes y por hombres que aprendieron sus deberes”. Si bien estamos algo
lejos de alcanzar esta inmortal admonición, me pongo a pensar en lo que siempre
aconsejo a cuanto joven me quiere escuchar: “Nunca pienses contentarte con
poco. Atrévete a fijarte en vallas altas en la vida. Te sorprenderá gratamente
cuando te corone el éxito”.