El
pasado 31 de mayo, el Montonero publicó un artículo de Jorge Morelli titulado
“La oposición pierde por luchar contra el enemigo equivocado”. El mismo
artículo apareció el domingo 5 de junio en Expreso, esta vez con el título “La
oposición pierde”. Este blog no aparecerá en ningún medio periodístico, menos
en aquellos programas que creen que nadie los ve. Leyendo sobre enemigos y la
pérdida de la oposición, me lleva hoy, 6 de junio, a recordar el desembarco
aliado en Normandía, casi cinco años después de iniciada la Segunda Guerra Mundial,
donde murieron 50 a 60 millones de personas. Sin embargo, en 1938, el embajador
británico Neville Chamberlain creía poder encontrar la paz con el demonio nazi.
Tamaña ingenuidad no ha podido replicarse a través de la historia moderna, si
bien podemos citar los ejemplos del pueblo cubano en 1953 y del venezolano en
1998.
El
párrafo precedente nos lleva a la ingenuidad o inocencia o candidez del pueblo
peruano, que ha sido invadido por el castro-chavismo latinoamericano, ante la
pasividad y mansedumbre general. Porque en este país, hasta en la prensa que
consideramos de oposición, aparecen personas que propugnan enfrentar al enemigo
“dentro de la ley, la Constitución, la
democracia y el Estado de Derecho”. Ya tenemos casi un año en ese plan,
sumado a un par de décadas de indiferencia, de egoísmos, de políticos
generalmente mediocres y sin capacidad de liderazgo, de abandono a las clases
sociales menos favorecidas, de una creciente corrupción general en medio de un
desastroso poder judicial, de un desagradecido abandono a las fuerzas armadas
que ofrendaron sus vidas al liberarnos del terrorismo criminal para luego ser
sometidos a una justicia infestada de caviares.
Sin
medias tintas, estamos en guerra contra el comunismo latinoamericano. A
mediados de abril un patriota lo dijo claramente: “El trabajo de la gente que defiende la
libertad y la democracia para terminar con las dictaduras no consiste en ser
reactivo a lo que ellos hagan, consiste en ser propositivos, señalando sus
crímenes, separándolos de la política, quitándoles las inmunidades y los
privilegios por detentar ilegalmente el poder en los estados de Cuba,
Venezuela, Nicaragua y Bolivia, poniéndolos primero en evidencia internacional
como criminales, narcotraficantes, violadores de los derechos humanos y
ejecutores del terrorismo de estado, para que entonces respondan por esos
crímenes”.
Leer o escuchar que aún esperan que el
gobierno cambie el rumbo y se rodee de gente capaz es insultante, vergonzoso,
pusilánime. ¡Los peruanos estamos en guerra! Esta no la sufrimos los que vamos
a comer parrilla al club, junto al mar. O los que llenamos la carreta en los
supermercados. O los jóvenes de todas las razas que se distraen en los malls o
frecuentan las discotecas y los conciertos musicales. Un par de millones de
peruanos ni siquiera se da cuenta de la guerra que sufren los que vieron
quebrar sus empresas familiares, los agricultores engañados, los trabajadores
de las grandes minas que ahora han perdido su trabajo, aquellos pobres que
retornaron a la pobreza extrema, o la inmensa clase media que ahora están
inflando las cifras de pobreza. ¡Según el INEI, nueve millones de peruanos
sufren de hambre y miseria!
Desde luego, quisiera pensar que tenemos
un Sistema de Inteligencia que trabaja febrilmente para preservar la libertad y
democracia y que sabe ser propositiva y no reactiva e inconsecuente. Su labor
no puede naturalmente ser publicada. Pienso que este es nuestro último bastión.
Esta banda delincuencial que nos gobierna tiene al más miserable espía cubano,
mantenido con nuestros impuestos, en una cómoda y bien equipada mansión
diplomática.
Las marchas no pueden ser organizadas
como hasta ahora. Tenemos tantos empresarios que se lucen en programas
televisivos o entrevistas, pero no parecen haber sido capaces de financiar la
resistencia o contribuir generosamente con las salvadoras ollas comunales. Las
marchas tienen que ser multitudinarias. Tenemos millones en la capital y en
nuestro primer puerto que no tienen la movilidad para acudir y luego retornar a
sus modestos pero valientes hogares. En la última marcha del 4 de junio,
músicos habían sido contratados y premunidos de equipos de sonido para
perturbar a los manifestantes. Hay que escoger muy bien a los que hablan al
público. Esta guerra cuesta, señores empresarios. La juventud que está
mostrando liderazgo debe estar a cargo. El pueblo no debe perder de vista a los
congresistas de la República, pues éste es un bastión que no puede fallar. Los
constitucionalistas deben trabajar con el Congreso para producir las leyes que
reivindiquen a tantos valientes militares, perseguidos por una infame justicia
infestada de caviares, comunistas y traidores a la Patria. Todos somos
culpables de haber permitido la infiltración institucional del enemigo. De otro
modo, ya nuestras FFAA y Policiales lo hubieran derrotado nuevamente. Si no lo
han podido hacer es porque ellos también tienen una familia que proteger y
velar por su prosperidad.
Aquí cabe elegir lo más factible: La Traición a la
Patria. No solo es lo del mar a Bolivia. Hace rato Castillo está incurriendo en
este flagrante delito. Está destruyendo socio-económicamente al Perú. ¿O hay
que esperar que los peruanos empiecen a morirse de hambre o que los
ideologizados y salvajes comuneros coloquen explosivos a las instalaciones
mineras ante la traicionera inacción de la banda delincuencial que hoy detecta
el poder? ¿O que el fraudulento e impresentable poder electoral continúe en sus
puestos preparando un nuevo fraude para las elecciones regionales y municipales
del próximo octubre?
Por último y no por ello menos importante, la
prensa democrática que felizmente tenemos y que la mayoría vemos, tiene que
afinar la puntería en artículos y presentaciones que informen adecuadamente y
contribuyan a sacudir el letargo de los que no se dan cuenta que estamos
perdiendo la guerra porque nuestras estrategias andan perdidas en las nubes de
la desunión e indiferencia general. Necesitamos más Combutters, Baellas,
Montoneros, Abejas, Minutos Digitales, de más jcsuttor01.blogspot.com. Y, por supuesto, que cierta prensa continúe
corrigiendo sus errores del pasado.
Y que cuando caiga el enemigo, mantengamos un líder
fuerte durante los meses de una recuperación que será difícil y costosa, pues
hay que prepararse con mucho estudio para corregir la corrupción y limpiar
nuestras instituciones. Solo así la ciudadanía bien informada podrá asistir a
comicios ejemplares y el país levantará el vuelo hacia un futuro mejor.
Miraflores 8 junio 2022.