jueves, 27 de mayo de 2021

HORA DE DECISIONES

 En la segunda vuelta electoral del próximo 6 de junio se enfrentan Keiko Fujimori, que representa al Perú democrático, y un sujeto comunista radical, ignorante pero demagogo, mentiroso, experto en promover el odio de clases a una gran masa de peruanos pobres, mayormente incultos, muchísimos aterrorizados por amenazas y abusos personales, especialmente aquellos que viven en el Perú profundo a donde no llega el Estado para defenderlos.

Esta inconcebible e inusual confrontación es el resultado de una creciente corrupción gubernamental, social y política, el desinterés cívico general y la pululación constante y paciente del germen comunista. Llegamos a esta justa ingresando mansamente a un escenario fraudulento, burdamente preparado por un gobierno acanallado que, aparte de atrincherar enemigos en todos sus estamentos, compró a la mayoría de la prensa nacional para su proterva desinformación y manipulación ciudadana.

El comunista Jurado Nacional de Elecciones y su compinche, la Oficina Nacional de Procesos Electorales, no ofrecen ninguna posibilidad de transparencia o neutralidad. El demagogo ocultó su patrimonio económico y cinco senderistas fueron inscritos y accedieron al Congreso luego de la primera vuelta. Ayer, el comunista presidente transitorio tuvo el cuajo de expresar su solidaridad con el presidente del JNE “ante los cuestionamientos a su imparcialidad y a la eficiencia de su labor”.

La declaración de Sagasti no puede ser soslayada tan fácilmente. El Perú no se enfrenta a una simple izquierda democrática. Los comunistas, ante la sombra de tantos tontos útiles, no han tenido ningún reparo en anunciar el fin de la libertad y la democracia en el país, no se cuidan de esconder su insolvencia moral y constitucional y se jactan en anunciar que no soltarán el poder. Hasta acaban de demostrar su enfermizo proceder al asesinar cobardemente a 16 peruanos en el VRAEM, incluyendo despiadadamente a dos inocentes criaturas.

Muchos ciudadanos han despertado y trabajosamente están olvidando infundados odios políticos (astutamente alimentados por el enemigo real), pero el voto democrático mayoritario no está asegurado si recordamos la metodología de los procesos electorales cubanos y venezolanos.

Solo nos queda el auxilio de nuestras fuerzas armadas y policiales. Si su jefe supremo nos trata de hacer creer que el 6 de junio solo ocurrirá un ordenado y legal desembarco, en lo que a todas luces se trata de una usurpación maligna y terminal, este jefe supremo estará haciendo traición a la patria. Según la Constitución, en este caso, las FFAA y Policiales tienen la obligación de defender el orden interno y preservar nuestra libertad y democracia. La suspensión parcial o temporal de las garantías constitucionales debe ser consultada con nuestros más probos constitucionalistas, no por los conocidos agentes del comunismo internacional.

Es la hora de una defensa inteligente y decidida. Son ellos o nosotros… y nuestros seres queridos. ¡Los comunistas no pasarán!