martes, 13 de octubre de 2020

CANDIDATURAS PRESIDENCIALES

 

El pasado sábado 10 de octubre, ya El Comercio y Gestión estaban publicando o comentando encuestas de imaginados candidatos presidenciales. La primera pregunta de mi ocasional lector podría ser: ¿Para qué te molestas en escribir esto si ya medio Perú está comentando dichas encuestas? La respuesta, bien pensada, es para que al menos yo no viva engañado, para contentarme en ser minoría, porque las mayorías nunca produjeron buenos cambios, progreso o modernidad, pero sí revoluciones, anarquía e inseguridad.

Zanjada la primera pregunta de este examen de conciencia, viene otra muy fácil de responder. El país registra records mundiales del peor manejo sanitario y económico de la pandemia que azota al globo terráqueo, con 60 mil fallecidos, 6.7 millones de desempleados y muchas más cifras de espanto, todo gracias a un gobierno golpista, ideologizado y corrupto. Adicionalmente, tenemos una miserable prensa comprada por el cantinflesco y mentiroso dictador de turno…y una población inculta y carente de la más elemental cultura cívica. En medio de este despelote aparecen 23 figuras presidenciables para nuestras elecciones generales dentro de 6 meses, con la firme convicción de creerse capaces de tomar las riendas de un país desbocado, la mayoría de ellos exhibiendo una caparazón acústica más grande que la que tuvo Miraflores en épocas pasadas. La pregunta es: ¿Es esto posible? Respondo: claro, todo esto es típico del Perú actual y de siempre.

Para seguir, no me queda más remedio que idear como luce el escenario nacional:

Nada mejor que el genio de Salvador Dalí para describir nuestra actual desolación. Ahora mi examen consta de un comentario sobre “los presidenciables”. Lo primero es confesar mi incapacidad para entender que un César Acuña pretenda ser presidente del Perú que viviremos el 2021. Y así seguiría con una lista de varios otros impresentables, como “Yor Forsay”, Urresti, Lescano, “el corredorcito” Guzmán, Ataucusi, “Luz verde” Cateriano, “Popy”Olivera, Salaverry, Vega, “Frijolito”, Gálvez y Arce.

Queda un corto comentario sobre algunos más. Dos rojos se disputan 5% de electores desubicados: Verónica y el cura Arana. Los de Acción Popular creen que con el dinero de uno y el ego de otro ya es suficiente; ese partiducho languidece. San Román no despierta. Belmont fue buen alcalde hace tiempo.

Keiko no tiene chance esta vez. Ella y PPK fueron igualmente responsables del descalabro que hoy sufren los peruanos. Ahora tiene más rechazo que nunca. Su oportunidad para preservar su familia vendrá cuando los corruptos fiscales sean dados de baja, lo cual debe suceder más temprano que tarde; debería regresar entonces a la tierra de su esposo.

Fernando Cillóniz es un buen político, honesto, empresario exitoso. No se conoce a su equipo y las estúpidas encuestas ni siquiera le asignan 1% de intención de voto. Su participación en debates electorales posibilitaría ser mejor conocido por la población.

Hernando de Soto tiene el potencial de reducir la informalidad y promover el desarrollo nacional, pero se presenta con grandes incógnitas. Su incuestionable ego lo traiciona. No parece tener equipo pues toda la promoción de sus ideas son sus libros, su trabajo en el mundo, sus amistades internacionales en varias décadas pasadas, su trabajo, sus logros. Bien por él. Sin embargo, gobernar el Perú no es tarea unipersonal sino de un equipo de personas expertas en muchas disciplinas. Las épocas del “Rey Sol” y del “Estado soy yo” pertenecen a siglos pretéritos. Nuevamente, los debates presidenciales nos permitirían ver la película completa.

Rafael López Aliaga, empresario exitoso y preparado aparece con fuerza y una hoja de vida impecable. Se jacta de no ser político pero sus muchas empresas dan empleo a diez mil personas. Trabaja en sectores de Finanzas, Transportes, Energía Hidráulica y Solar, Turismo, Inmobiliario y Transformación Digital. Su lenguaje es rápido y proactivo. Este es otro candidato que necesita participar en debates. La situación que enfrenta el país no se puede arriesgar con encuestas que, una vez más, le niegan al electorado la información que requiere para encontrar las escaleras del progreso y evitar el sendero del despeñadero.

El país no puede caer en manos de los improvisados de siempre, los populistas mentirosos, todos ellos envueltos en la despreciable corrupción, aquella que caracteriza a las democracias débiles y los regímenes autocráticos.

Necesitamos líderes preparados, honestos, que encabecen equipos de profesionales al más alto nivel, con el fervor patriótico de un Miguel Grau, donde el honor, la dignidad y la honradez adornen una nueva familia nacional. Y, sobre todo, necesitamos líderes que velen por los desposeídos de la fortuna, los que no recibieron una mejor educación, salud, seguridad y, especialmente, justicia. Todo ello se obtiene con una democracia moderna, una democracia plena, como aquellas que ofrecen a sus pobladores un mundo diferente y ejemplar.

Finalizo, pues, este examen de conciencia, en una mañana primaveral miraflorina. Lo enviaré a mis familiares, amigos y a la promo marista. Dependiendo del resultado, los espero con unas sabrosas y heladas manzanitas.

 

Kike Uceda