sábado, 30 de junio de 2018

EL FÚTBOL Y LA REFORMA DE LA SALUD

Hacía 36 años que no asistíamos al Mundial de Fútbol y ya van 13 que vengo proponiendo una Reforma de Salud. Finalmente llegamos al Rusia 2018 y la excelente crónica de Umberto Jara la resume y la comentaremos más adelante. Con respecto a la Salud, a veces pienso que –como en el Fútbol de hace 20 años- los primeros éxitos aún parecen distantes.

Soy aficionado y he practicado el fútbol desde que tengo uso de razón. Mi puesto de arquero me enseñó una responsabilidad especial de trabajar en equipo. Cuando empecé a operar niños tuve que dejar el arco pero formé el Sport Boys de Dallas con peruanos y otros latinos, me puse la #10 y participamos 15 años en la categoría >30, obteniendo varios campeonatos. Todavía juego fulbito en Barranco.

“Cómo no te voy a querer” cantaban miles y miles de peruanos en Rusia, luciendo orgullosos la camiseta peruana. Dice Umberto Jara que la hinchada peruana fue un ejemplo y un modelo que cautivó. La emoción de cantar el himno, el apoyo incansable y ensordecedor y hasta el notable gesto de ponerse muchos a limpiar los estadios han trascendido las fronteras. Para mí, ese es el civismo que muchos tenemos y que necesitamos inyectar como una inmensa vacuna en los que habitamos el suelo que nos vio nacer.

Estamos todos de acuerdo que la actuación de la Selección fue aprobatoria. Dos derrotas ante potencias por la mínima diferencia y una despedida con un triunfo inobjetable ante un exigente rival son logros impensados hace lustros. Lo que pasó es evidente, surgió un nuevo liderazgo hace tres años y comenzó un proceso de reforma futbolística que el Sr. Jara explica con meridiana claridad: “El entrenador, el director deportivo y el gerente de selecciones propusieron dotar al fútbol peruano de profesionalismo, incorporar criterios y elementos de trabajo modernos y modificar la actitud de los jugadores”. Este proceso, para modernizarse, aplicó métodos europeos. 

El señor periodista aludido, además, utiliza un párrafo para explicar que todo proceso demora años en plasmarse. Lo que acabamos de celebrar en Rusia es solo la primera gran prueba. Hay futuro, siempre que exista continuismo, una palabra que nuestros políticos solo utilizan para perpetuarse en el poder, más no para mantener y superar lo que se hace bien. Y también se discute el rol de la prensa y su deber de abandonar el cortoplacismo.

No podría, pues, dejar de relacionar el progreso de mi deporte favorito con el sueño de modernizar la Salud en el Perú, inspirado por 30 años de trabajar en un país extranjero cuyas instituciones de salud han alcanzado un desarrollo envidiable. Tres veces he retornado al Perú, la última y definitiva en 2011. Los indicadores actuales de salud entre 21 países latinoamericanos nos colocan a mitad de la tabla, para usar un término deportivo y ningún “cuarto poder” se ha molestado en publicarlo, ni siquiera en páginas interiores. Incluso el Índice de Competitividad Global publicado este año nos coloca en Salud y Educación Primaria en el puesto 93 de 137 países. No debe extrañarnos que la atención de salud es de mala calidad según encuestas poblacionales o que 30% de peruanos no tienen cobertura de salud.

Para modernizar nuestra Salud, el paso inicial debe ser la reforma de la educación médica, la cual vive una crisis de proporciones mayores. El Colegio Médico dice que tenemos 58 escuelas de medicina funcionando  en el país. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, la relación ideal es una escuela médica por cada 2 millones de habitantes (16 escuelas para nuestros 32 millones de peruanos). El Ministerio de Salud reportó el año pasado que 25 escuelas tomaron exámenes anuales de graduación entre 2011 y 2015, con una nota global promedio de 10.868 sobre 20. Sin embargo, la SUNEDU continúa alegremente acreditando universidades enteras (múltiples facultades incluidas) y ya suman 40 de 143 universidades; calculamos que unas 15 escuelas médicas han sido aprobadas mediante este sistema.

El párrafo precedente es solo la punta del iceberg. Hay siete pilares en un proceso de reforma de nuestra salud: Adecuación legal, Plan de agua y saneamiento, Reforma de la educación médica, Reforma del ejercicio profesional, Atención al primer nivel de salud, Aseguramiento universal y Acceso universal a medicamentos genéricos de calidad. Toda esta temática está en las redes sociales (www.jorgeuceda.org) y ha sido publicada en la Revista de la Sociedad Peruana de Medicina Interna en 2015.

No es mi intención arrastrar al lector a profundidades submarinas que consumirían muchos tanques de oxígeno, sino utilizar el ejemplo de la Reforma Futbolística que vivimos y que aún requiere de mucho seguimiento y cuidados, para algún día interesar a “una creciente hinchada” a iniciar otro proceso más difícil y oneroso. Los medios de comunicación son imprescindibles para que la población se entere y ésta, una vez más, le dé su apoyo incondicional, porque la victoria redundará en su propio beneficio. Necesitamos liderazgo y la visión de jóvenes que puedan concluir la obra.

Hace unos días falleció Julio Hevia (65 años), querido profesor universitario que en reciente entrevista periodística musitó estas sabias palabras. “El día en que el Perú salga de este manejo de lo inmediato a una planificación más civilizada, no nos va a parar nadie”.

Y finalizo con unas expresiones cantadas a dúo por Arturo “Zambo” Cavero y Oscar Avilés, en el vals compuesto por Augusto Polo Campos y que entonaron los peruanos en Rusia a manera de despedida, la mayoría con lágrimas de orgullo y fervor:

                               Somos tus hijos
                               Y nos uniremos
                               Y aquí triunfaremos contigo Perú
                                               Unido el trabajo
                                               Unido el deporte
                                               Unimos el norte, el centro y el Sur
                                                               Te daré la vida
                                                               Y cuando yo muera
                                                               Me uniré en la tierra
                                                               Contigo Perú

Ya los bardos se han ido y ahora hacen fiesta con Chabuca. Pero este humilde escribidor, aunque no sabe cantar, todavía puede dar la vida para que los peruanos menos afortunados tengan algún día una atención de calidad, con instituciones de salud modernas (como las de Europa y los países desarrollados) y que los líderes nos conduzcan a la victoria, que será nuestra gratitud, querido Perú.

Jorge Enrique Uceda