LA META PARA EL 2016: BUSCAR UN LIDER… CON EQUIPO
Este modesto blog tiene 18 meses
pero su escritor ya acusa 876. El escritor no es periodista sino médico, pasó
360 meses en USA pero regresó 3 veces al Perú, con doble nacionalidad (no soy,
pues, político, Dios me libre). ¿Qué hace un médico escribiendo un blog?, puede
alguien preguntarse. Sucede que el médico promueve una reforma de la salud y ha
concluido que un Estado Acéfalo mal puede producir ninguna reforma. El 23 de
Abril del presente año escribí "Peruanos: ¡Despierten!" invocando
formar un pacto nacional para corregir errores y buscar líderes que cohesionen
una masa honesta e inteligente. El 27 de Julio escribí "¡Despierten
Peruanos!" insistiendo en involucrarse en dicho despertar, a fin de
promover líderes y un verdadero frente amplio para 2016.
Los meses pasan y es inconcebible
a mi entender que la gran masa de peruanos pareciera reposar bajo los efluvios
de un placentero anestésico. Anteayer un reputado analista nos anuncia que hay
un vacío de liderazgo, mientras un director periodístico nos
"orienta" diciendo que los ciudadanos estamos resignados a no tener
buenos gobernantes y que estamos a la espera de un outsider milagroso.
Nuestro inefable Javier Valle
Riestra hace ahora de profeta infalible. Acaba de afirmar que García es el
mejor candidato presidencial para el 2015 y que igualará los 15 años de Leguía.
No teniendo ni remotamente su experiencia política, me siento en la necesidad
de, respetuosamente, recordarle que la primera elección de Alan en 1985 fue
producto de la incultura cívica de un pueblo, muy similar a lo que venimos
sufriendo desde 2011 en que nos tocó otro presidente inexperto y mediocre. El
Alan de 2006 fue una elección entre él o Humala y muchos no tuvimos otra opción
que irnos con el menos malo. Gracias al experto manejo económico, Alan encontró
la mesa servida, al igual que el actual inquilino de palacio. Todos saben que
la economía mejoró con Jorge Camet durante el gobierno de Fujimori y ,
especialmente, con Pedro Pablo Kuczynski durante el de Toledo. Sin un Luis
Castilla, sabe Dios donde estaríamos ahora.
Quien ha seguido de cerca los
programas políticos en radio y televisión y las múltiples crónicas
periodísticas, termina aburrido y disgustado por la mediocridad y sesgo
ideológico que dan vergüenza ajena. Sin embargo, este blog, rescata dos
definidos e incontrovertibles liderazgos: Alfonso Baella Herrera y Luis García
Miró.
Alfonso Baella, digno hijo de un
eminente periodista peruano, nos habla recientemente de Geoff Smart y su
Liderocracia y la urgente necesidad de que la política peruana experimente un
nuevo impulso, un nuevo aire y un mejor horizonte. Unos días después, nos habla
de los 24 meses cruciales que los peruanos tenemos por delante, ya que los
eventos electorales revisten enormes riesgos. Acertadamente, confiere gran
importancia a los comicios municipales y regionales de 2014 y sus liderazgos
resultantes, recomendando a la ciudadanía reflexionar sobre qué y quienes garanticen
que sigamos en la ruta del desarrollo.
Luis García Miró, desde la
Dirección de Expreso, ha asumido una valiente y enterada postura de llamar las
cosas por lo que son. Ya hace tres meses nos alertaba acerca de la similitud
entre la realidad mediática en España con la del Perú, en la que la
autodestrucción de nuestra clase política ha dado lugar a que nuestro
periodismo usurpe su rol, situación insostenible para el progreso de un país.
Más reciente fue su acertada crítica al cinismo de Raúl Castro durante las
exequias de Nelson Mandela en Johannesburgo, cuando el despreciable dictador
elogiaba la lucha por la libertad del homenajeado mientras acababa de
encarcelar a 130 cubanas que protestaban por la prisión injusta de sus
disidentes esposos. En el plano local, han sido ejemplares sus crónicas contra
la mediocridad del presente gobierno y la irresponsable actitud de un conocido
consorcio mediático al promocionar "outsiders" a un electorado que no
necesariamente se caracteriza por sus virtudes cívicas, incluso apelando a
encuestas fabricadas a la medida de su intencionalidad.
Claro está, un liderazgo sin
equipo es como una flor sin polen. El Perú no puede ser un barco con marineros
improvisados. Nuestros políticos están acostumbrados a confiar en su verbo
falaz. La presentación de reformas ya se harán más tarde. Lo importante es
ganarse a los que son fáciles de convencer y a sus familiares. Así tendrán suficientes
votos. Después, a embriagarse del poder y gozar del negocio. Todo este mal
despertar ocurre porque el líder no tiene equipo, no se han preparado los estudios
pertinentes, no se sabe qué explicar a la población. Eso es lo crítico para los
24 meses que se avecinan. Cada quien a su terreno. Las propuestas sobre Salud,
Educación, Seguridad Ciudadana, Justicia, Estado, Trabajo, Derechos Sociales, etcétera,
deben estar minuciosamente detalladas por profesionales idóneos para que los
votantes puedan ejercer su decisión con responsabilidad y pleno conocimiento.