sábado, 11 de febrero de 2023

EL PERU DEBE RESISTIR PARA TRIUNFAR

 

     Al principio de la década de los 80, el gobierno tildó de abigeos a las primeras acciones senderistas en Ayacucho; el desastroso Fenómeno del Niño de 1983 complicó seriamente al país. Las fuerzas armadas y policiales derrotaron a Sendero en 1992. Tres décadas después, sobrevino la pandemia asesina y los comunistas tomaron el poder en 2021 utilizando uno de sus característicos comicios fraudulentos. Hoy nos encontramos con un gobierno de transición que reemplazó al encarcelado Castillo el 7 de diciembre pasado, pero que no sabe qué hacer con las turbas senderistas ahora tildadas de manifestantes.

     No es necesario explayarse para describir los dos últimos meses como un caos político y socio-económico producido por la implosión de un gobierno de incapaces, corruptos y traidores a la patria. La gran mayoría de los 33 millones de peruanos anhela la vuelta al orden y al trabajo que les permitan atender a sus familias. En un gobierno infestado de caviares, su depuración ha resultado incompleta y requiere de la impostergable cooperación de las fuerzas democráticas del Estado. Los vándalos y sediciosos se desesperan por adelantar elecciones e imponer una constituyente. Las mayorías nacionales exigen el empleo constitucional de nuestras fuerzas armadas y policiales.

     La Presidente no tiene otra alternativa: O reemplaza a Otárola por un primer ministro tipo Roberto Chiabra o se venda sus ojitos y camina por la rampa hacia el mar embravecido. Parece haber consenso acerca de retener el orden constitucional, pero el ejecutivo no está para mantener un primer ministro probadamente comunista; en ese puesto necesitamos un político liberal, fuerte y enterado. Solo entonces podrán salir los profesionales a recomponer el orden interno, mientras una renovada cancillería expulsa a los embajadores impulsores del castro-chavismo y a los abogados extranjeros del apresado en Barbadillo.

     La lista de otras acciones es extensa, pero destacamos algunas urgentes:

1. Es imprescindible que los congresistas democráticos mantengan una férrea unidad conservando votaciones mayoritarias y aprobando reformas indispensables que nos lleven a elecciones absolutamente transparentes, incluida la destitución de Salas Arenas y sus secuaces.

2. El poder judicial, el ministerio público y la mayoría congresal están llamados a identificar y apresar a los gobernadores regionales responsables del desorden, así como presentar acusaciones constitucionales a congresistas implicados en el delito de apología al terrorismo.

3. El ministerio de Economía y Finanzas podría adaptarse a una economía de guerra, empezando por detener el interminable apoyo del MEF a Petroperú, especialmente ahora que la incrementada pobreza necesita urgente atención. La Fiscalía necesita más presupuesto pues su labor está sobredimensionada.

4. Con respecto a las agrupaciones políticas demócratas, es imperativo mantener un frente electoral responsable, desprovisto de ambiciones, para no caer en los errores del pasado reciente. Aquí, el papel de la prensa libre será fundamental, propiciando la unión y debates puntuales entre candidatos; ésta es la única manera de exponer ante la población la solvencia intelectual y capacidad de gestión de los diferentes candidatos. Nuestros procesos electorales se caracterizan, desgraciadamente, por múltiples encuestas durante un largo período de tiempo y escasos debates una a dos semanas antes de ir a las urnas; es la hora de hacer lo opuesto para realmente servir a nuestro querido Perú.

     La historia enseña que la resistencia es el camino a la victoria.