Una vez más los
peruanos tendrán que elegir un nuevo presidente. La fecha es 11 de abril de
2021.
El día de ayer, Ipsos
publicó en El Comercio una nueva encuesta pagada por Vizcarra, que mantiene
comprados a manipuladores poblacionales, a fin de promocionar confusos mentales
ante un público que se nutre de la farándula y de seguir procesados por la
justicia.
La poco numerosa pero
cada vez más seguida prensa libre tiene que enfocarse ya en una campaña para
combatir y denunciar las encuestas pre-electorales. No estamos en los Estados
Unidos, donde las dos únicas candidaturas presidenciales, algo irrealizable en
el Perú, son ahora frecuentemente evaluadas con miras a sus elecciones en
noviembre y pronto ambos candidatos se enfrentarán varias veces en Debates
Electorales televisados en vivo a nivel nacional. Este inmejorable ejercicio de
madurez cívica permitirá al electorado aún indeciso tener la información que
les permita formular un voto responsable.
Desafortunadamente,
nuestra historia republicana pronta a cumplir doscientos años de vida, registra
una lucha recurrente por controlar el poder para beneficio de los
impresentables de siempre, con sus mezquindades y un condenable desprecio hacia
la mayoría de los empobrecidos pobladores. No es de extrañar la indiferencia y
el escaso desarrollo de las virtudes cívicas tan necesarias para que un pueblo
crezca informado y responsable.
A pesar de los
avances científicos y nuestra riqueza territorial, nuestros últimos gobernantes
fracasaron en empoderar las mayorías a través de la educación, logro
indispensable para sacudir esa indiferencia generacional que nos hace
vulnerables a la manipulación, el conformismo y la falta de civismo. Por ello
somos conscientes que es difícil pregonar contra las encuestas que medran ante
nuestra somnolencia, especialmente en estos miserables tiempos de pandemia y
pobreza material. Incluso, estas “encuestas” vienen ahora cargadas del virus de
la prensa sometida que busca escudar al mentiroso patológico al final de su
mandato.
¿Cuál es la solución?
Solo una: La prensa libre tiene que
darse cuenta que solo los Debates Presidenciales pueden educar a un electorado
que se encuentra en una encrucijada histórica: O elegimos bien esta vez y pronto nos ponemos a la altura de
Chile y Polonia, o nos convertimos en un país totalitario que destruye sus
riquezas mineras como aquel que dispendió su riqueza petrolera y dejó pobres a
sus grandes mayorías, mientras una camarilla vive como reyes del narcotráfico.
Los Debates
Presidenciales, descubrirán las inmensas diferencias entre peruanos educados,
inteligentes y honestos y los que no tienen la preparación para conducir un
gobierno, ya sea por su escasa formación profesional, inexperiencia política o
evidente bribonería. Basta que los social-confusos sepan que les espera un
concienzudo examen oral en televisión nacional (no la comprada por el gobierno)
en una serie de tres Debates, para que queden tres o cuatro candidatos
responsables. Y, por qué no, tal vez lleguemos a marzo 2021 con solo dos
candidaturas. Esta sería la antesala para tentar convertirnos en un país de
primer mundo.
Tenemos un par de canales
televisivos, unas tres publicaciones escritas y varios radios. Además, están
nuestras redes sociales y programas que transmiten en vivo por Facebook,
tweeter o youtube. Ojalá todos recojan el guante. El duelo es contra la corrupción,
el autoritarismo y la mentira. El peruano tiene que despertar.