La
malévola camarilla de Vizcarra y sus compinches nos está conduciendo, abierta y
descaradamente, al comunismo que hoy asola Venezuela. Aquí no caben medias
tintas. Es hora de unirse a las miles de voces de alerta que afortunadamente
ocupan las redes sociales, para convertirlas en millones de peruanos unidos
para evitar los errores de nuestros antepasados y defender juntos nuestro
territorio y nuestra libertad.
Los
comunistas que hoy despachan en palacio y los principales ministerios, están
perpetrando un crimen de lesa humanidad con la tragedia de un pueblo que
experimenta altísimas cifras de infectados y mortalidad por Covid-19, el
macabro resultado de una cadena de errores sanitarios y socio-económicos,
mantenidos en forma autocrática y engañosa, contando con el silencio cómplice
de una prensa comprada y los oportunistas corruptos de siempre.
En
estos tiempos de pandemia, la situación política del Perú se puede resumir como
sigue:
-Poder
Ejecutivo: El presidente elegido democráticamente en 2016 por un escaso margen,
fue obligado a renunciar en 2018 por ineficiencias y corruptelas, presionado
por la mayoritaria bancada apro-fujimorista. La segunda vice-presidenta terminó
renunciando, mientras que el primer vice-presidente, nombrado embajador en
Canadá, fue alentado por el Congreso para regresar y ocupar la vacancia
presidencial. Ya en la Presidencia, Vizcarra cerró el Congreso mediante un
golpe anti-constitucional el 30 setiembre 2019, lastimosamente avalado por un
Tribunal Constitucional el 14 enero 2020 (Votaron a favor Marianella Ledesma,
Manuel Miranda, Eloy Espinoza Saldaña y Carlos Ramos; votaron en contra Ernesto
Blume, Augusto Ferrero y José Luis Sardón). Vinieron los meses con una
autocracia rampante, sin control y, cuando la población empezó a manifestar su
descontento, a finales de febrero, el Coronavirus ingresó por el Aeropuerto
gracias a la criminal falta de preparación de un gobierno alertado del peligro
a fines de enero 2020.
-Poder
Legislativo: La historia reciente es ya, creemos, definitiva. Fuerza Popular
obtuvo 73 de 130 escaños. A pesar de que 80% de los votos válidos
presidenciales apoyaban a los dos primeros candidatos, éstos, durante los dos
años siguientes, se enfrascaron en una estéril y oprobiosa lucha política que
frenó el crecimiento económico ante la complaciente expectativa de los
anti-patria, pues la corrupción y la pobreza siempre han sido su alimento y
esperanza. La eliminación del Congreso fue reemplazado por otro que también
pasará a la historia al darle luz verde a la debacle orquestada por un Gabinete
incapaz, mediocre e ideologizado.
-Poder
Judicial: Autónomo, elige sus miembros y administra la justicia en el Perú. La
población desconfía de este poder por la evidente corrupción que alberga y su
falta de independencia con los políticos de turno. También está infiltrada por
comunistas. El actual Presidente es José Luis Lecaros Cornejo. Los jueces son
ahora nombrados por la Junta Nacional de Justicia desde enero 2020, la cual
reemplazó al fenecido Consejo Nacional de la Magistratura. La reforma de este
Poder es un sueño inalcanzable mientras no mantengamos una democracia moderna
fortalecida por logradas reformas en la salud, educación y trabajo.
Como
se desprende de lo anterior, los peruanos se encuentran semi-encarcelados
durante tres largos meses por una autocracia usurpadora que se vale del miedo a
la enfermedad y a la muerte para prolongar este anormal encierro con su desastroso
e ignorante manejo de la crisis sanitaria, a pesar de las múltiples protestas y
urgentes consejos de nuestros especialistas en biología molecular,
epidemiología, infectología y cuidados intensivos. Este grupúsculo nefasto, a
diferencia de ejemplos cercanos en Guayaquil, se ha negado a compartir trabajo
con la empresa privada y la sociedad civil, o con la participación eclesiástica
o incluso con el muy importante Consejo de Seguridad de las Fuerzas Armadas,
que hubiera podido solucionar el problema logístico para distribuir víveres a
la población necesitada, imposibilitada de trabajar debido a la informalidad,
problema social totalmente ignorado por los usurpadores.
Necesitamos
párrafo aparte para enérgicamente condenar la corta visita y condecoración de
cuatro médicos chinos, insultando el sacrificio de 20 médicos peruanos que
entregaron su vida pero han sido totalmente ignorados por el usurpador.
Adicionalmente, exigimos el inmediato retorno de 85 cubanos expatriados de la
isla para desarrollar propaganda y agitación política en departamentos mineros
como Ancash, Arequipa, Ayacucho y Moquegua. Exhortamos al Colegio Médico y a la
Federación Médica para unirse a esta exigencia y solicitar el inmediato despido
del comunista Ministro de Salud.
Pero,
como sabemos demasiado bien, el problema no solo es sanitario. El ominoso
encierro inicial, no contempló –por ignorancia- que 70% de nuestros
trabajadores son informales, la mayoría no tienen agua en sus hogares y 60%
carecen de refrigeradoras. No pueden lavarse las manos y el trabajo y las
compras son diarias. No tienen cuentas bancarias y el empadronamiento nacional
es incompleto, en muchos casos, obsoleto. Este improvisado gobernante, carente
de una estrategia científica, torpemente solo decretó cuarentena y toque de
queda y, como era de esperarse, afectó la economía nacional. Hemos tenido micro
y pequeñas y empresas quebradas y muchísimos desempleados. El Banco Mundial
proyecta que el PBI peruano se contraerá 12% en este año. El emporio de Gamarra
habría perdido unos tres mil millones de soles. Los “bonos” de 380 soles anunciados
solo produjeron aglomeraciones y más contagios y no se sabe cuántos los
recibieron. Los ambulantes que buscaban desesperados saciar el hambre
familiar, fueron reprimidos y hasta decomisados por orden dictatorial. Muchos
provincianos trataron de huir a su terruño con sus míseros enseres y sus
hambrientos hijos y, al no existir transporte, marchaban a pie y pernoctaban al
lado de las carreteras. Esta dolorosa historia duró varios días, hasta que les
consiguieron buses, les hicieron pruebas serológicas con todos sus falsos
negativos y los embarcaron a llevar el virus a provincias. Y ahora, en tan solo
tres meses, el 20.5% de la pobreza en el Perú se ha proyectado a 30%.
Peruanos,
en este Teatro Nacional, ya se ha levantado el Telón. Ahora debemos pensar en
las Elecciones Generales de Abril 2021. No hay tiempo que perder. Hay que
buscar líderes que nos lleven a un Gobierno de Reconstrucción Nacional,
democrático, honesto, moderno. No permitamos el engaño de políticos de la vieja
escuela. Necesitamos políticos honestos, bien informados y con una experiencia profesional
intachable. Los hay. No los van a encontrar en las Encuestas (que engañan al
pueblo) sino en los Debates (que muestran al pueblo la verdad). No nos queda
mucho tiempo. Los Debates nos mostrarán a los más capaces. Hay poca prensa
honesta y ellos deben dar el ejemplo para organizar muchos debates. La otra
prensa tiene que reaccionar y cumplir con su deber a favor de la población.
Aquí si cabe decir: ¡El Perú está primero!