Deseando que Todos los
Santos se apiaden de nuestras confusas gentes y hagan llegar estas ideas a
todos los rincones, es hora de tomar actitudes proactivas y no reactivas. Y es
que nuestra imperfecta democracia nos ha fallado nuevamente. Durante los pasados
tres años, la irresponsabilidad y la corrupción han aletargado al país,
impidiendo su progreso.
Nuestra mediocre clase política fue, sin embargo,
elegida por todos nosotros y precisamente aquí es donde el electorado debe
actuar: ¡No más indiferencia e improvisación! Busquemos como
votar con conocimiento y responsabilidad, exijamos la información de la prensa
hablada, escrita y televisiva. Incluso, ahora podemos encontrar mucha
información en el Internet.
El día de ayer, un conocido
periodista publicó un artículo formulando la siguiente pregunta: ¿Por qué los
gobiernos no funcionan? Grande fue mi sorpresa cuando culmina su escrito sin
contestar la pregunta, si bien describe obvias generalizaciones. Mis siete
décadas de vida me permiten responder a la pregunta:
1. No se puede aspirar a gobernar un país como
el nuestro sin una profunda preparación académica por un importante y diverso grupo
de expertos que estudien y propongan no solo las varias reformas que el Estado
requiere para abrazar la modernidad, sino que estén dispuestos a explicárselas
a la población, mucho antes de llegar a ser gobierno.
2. Nuestro pueblo asiste a los sufragios desinformados por encuestas que solo buscan titulares de los diversos grupos de comunicación, mientras que los países desarrollados organizan múltiples debates, 6-9 meses antes de las elecciones, que permiten conocer la preparación y experiencia de los aspirantes a recibir la confianza del electorado.
3. Como nuestros partidos políticos no gozan del historial que se exhibe en el Primer Mundo, la mayoría carece de sólidas metas doctrinarias o cuadros con las capacidades descritas arriba. Sin embargo, la nueva clase política debe incluir a ciudadanos con una limpia y solvente trayectoria profesional que desplace para siempre a esa masa informe de improvisados que han degradado la administración nacional.
2. Nuestro pueblo asiste a los sufragios desinformados por encuestas que solo buscan titulares de los diversos grupos de comunicación, mientras que los países desarrollados organizan múltiples debates, 6-9 meses antes de las elecciones, que permiten conocer la preparación y experiencia de los aspirantes a recibir la confianza del electorado.
3. Como nuestros partidos políticos no gozan del historial que se exhibe en el Primer Mundo, la mayoría carece de sólidas metas doctrinarias o cuadros con las capacidades descritas arriba. Sin embargo, la nueva clase política debe incluir a ciudadanos con una limpia y solvente trayectoria profesional que desplace para siempre a esa masa informe de improvisados que han degradado la administración nacional.
Debo finalizar con una clara
advertencia. La lucha por una real democracia no debe marginar las aspiraciones
socio-económicas del sector menos favorecido de la población. Las reformas
pronto pueden dejar de ser urgentes y tornarse en episodios como los ocurridos
en nuestros vecinos del sur. Los peruanos debemos pensar en mejorar el sistema
y ello pasa por la realización de debates que nos permitan elegir mejor en las
urnas. Tenemos gente preparada y honesta. Es deber de todos encontrar los
líderes que el Perú necesita. Pasemos la voz y Todos los Santos harán el
resto.