PARA
REFORMAR LA SALUD EMPECEMOS POR LA EDUCACIÓN MÉDICA
APUNTES
HISTÓRICOS DEL MODELO AMERICANO
Durante
las últimas décadas del siglo XIX, el progreso médico y científico de Alemania
fue el resultado de importantes reformas en la enseñanza de la medicina. Uno de
los países que trató de imitar su modelo fue Estados Unidos, cuya educación
médica era deficiente. En 1876 se fundó la Universidad Johns Hopkins en
Baltimore, siguiendo el modelo alemán y pronto alcanzó un sólido prestigio.
En
1904 la Asociación Médica Americana (AMA), cuya equivalencia en el Perú es hoy
el Colegio Médico Peruano (CMP), asumió la responsabilidad de reformar la
educación médica. Así, en 1908, la AMA solicitó a la Fundación Carnegie para el
Avance de la Educación la evaluación crítica de las 155 escuelas médicas que
funcionaban en Estados Unidos y Canadá. El presidente de la Fundación, Henry
Pritchett, acababa de leer un libro titulado "The American College: A
Criticism" y contrató a su autor, Abraham Flexner, para llevar a cabo el
estudio requerido.
Descendiente
de inmigrantes judíos alemanes, Abraham Flexner nació en 1866 en Louisville,
Kentucky. A sus 17 años, ingresó al Johns Hopkins, graduándose dos años después
en artes y humanidades. Al regresar a Kentucky, ejerció con marcado éxito la
docencia en escuelas preparatorias para el ingreso a la universidad. En 1905 se
trasladó a Harvard para profundizar sus conocimientos pedagógicos. Un año más
tarde viajó a Europa, estudiando en Oxford y Cambridge, para finalmente
ingresar a la Universidad de Heidelberg, donde escribió el libro que atacaba
frontalmente la enseñanza superior americana, conceptos que también profesaba
Henry Pritchett.
Flexner
pensó que Pritchett lo había confundido con su hermano Simon, un conocido
virólogo que dirigía el Instituto Rockefeller para la Investigación Médica.
Pritchett le replicó que conocía bien a su hermano, pero él no requería de los
servicios de un profesional de la medicina, sino de un educador. Así se
desarrolló el estándar de practicar una evaluación educacional a través de los
ojos de un legítimo outsider (léase independiente, que observa un grupo desde
fuera). Los procesos de acreditación de escuelas médicas mal pueden ser
llevados a cabo por los mismos
interesados.
Flexner
llevó a cabo lo que hoy conocemos como la acreditación
de las escuelas médicas mencionadas y su famoso Reporte de 386 páginas fue publicado
en Nueva York en 1910. El siguiente párrafo escrito entonces parece describir
lo que ocurre en nuestro Perú del siglo XXI: "En los últimos 25 años, ha ocurrido una enorme sobre-producción
de practicantes médicos mal educados y pobremente entrenados, sin tener en
cuenta la salud o los intereses del público. Esta sobre-producción es
principalmente debido a la existencia de un gran número de escuelas
comerciales, sostenidas en muchos casos por métodos propagandísticos, en los
que una masa de jóvenes son rescatados de ocupaciones industriales para
estudiar medicina".
Flexner
recomendó reducir el número de escuelas y, en consecuencia, el número de
estudiantes. Sugirió que las escuelas médicas se articularan con las
universidades y que se integrara la enseñanza práctica en los hospitales.
Exigía dos años de ciencias a los estudiantes que quisieran ingresar.
Propiciaba la investigación científica en laboratorios específicos. Fomentaba
la dedicación exclusiva de los docentes.
El
Reporte revolucionó la educación médica en los Estados Unidos y sus postulados
se mantienen a través de los años. Entre 1910 y 1935, más de la mitad de las
escuelas médicas americanas cerraron o se anexaron a otras. El progreso se hizo
evidente y la medicina alcanzó estándares de excelencia que beneficiaron a la
población. El mismo Flexner reportó en 1943 que solo funcionaban 60 escuelas.
Ese mismo año se creó el Liaison Committee on Medical Education (LCME) o Comité
Intersectorial para la Educación Médica, que es hasta hoy la autoridad nacional
para acreditar escuelas de medicina y es patrocinada por la Asociación de
Facultades de Medicina Americana y la Asociación Médica Americana. Esta
acreditación es imperativa para que los alumnos puedan tomar el examen de licenciatura médica en los
Estados Unidos. En el Perú no hay tal examen, solo basta colegiarse.
En
2012, la población de los Estados Unidos alcanzó 312'800,000 habitantes. Esto
explica que el número actual de escuelas médicas aumentara a 130, lo cual
establece una relación de 2'400,000 habitantes por facultad.
En
el Perú de hace 25 años, existían 7 escuelas médicas, pero hoy funcionan 32 para
nuestros 30 millones de habitantes (937,000 por facultad). Si tan solo la
relación fuese de 2 millones de habitantes por facultad, tendríamos 15 escuelas
médicas en el país. Una primera conclusión es que tenemos demasiadas escuelas
médicas. Otras dos preguntas básicas son: ¿Cuál es la calidad de las escuelas? y
¿qué indicadores de buena preparación tiene el graduado?
El
control de calidad de una escuela lo lleva a cabo el proceso de acreditación. Recientemente,
en el Perú, la gran mayoría de escuelas médicas han acreditado, pero la
metodología empleada adolece de serios cuestionamientos, pues carece de la
objetividad que aportan pedagogos no médicos, como sí sucedió hace un siglo en
los Estados Unidos con la participación de Abraham Flexner.
El
carnet de colegiatura del recién graduado médico peruano no es un indicador de
óptima preparación para mostrar a la población que requiera sus servicios
profesionales. Lo que falta es el certificado de licenciatura o licencia para
practicar medicina, que se obtiene en países avanzados mediante exigente
examen. Las escuelas médicas peruanas, desde el año 2003, llevan a cabo un
"examen nacional de graduación" que, al ser secreto al público,
palidece por comparación con el Examen de Licenciatura Médica de los Estados
Unidos, Canadá o de países europeos.
La
población peruana tiene todo el derecho a recibir la misma consideración que los
sistemas educativos ofrecen en tales naciones. Declaraciones ampulosas
publicadas en diarios no son suficientes. En una próxima entrega, presentaremos
alcances puntuales sobre una verdadera reforma en nuestra educación médica.