miércoles, 26 de junio de 2024

LA SALUD NO PUEDE CAMBIAR SIN DEMOCRACIA NI LIBERTAD

 

Desde aquel lejano 2005 he cumplido toda una generación promoviendo infructuosamente una reforma de la salud en el Perú. Graduado en San Fernando en 1966, estudié y trabajé durante 28 años en los Estados Unidos, retornando dos veces a la patria y encontrando un sistema sanitario ineficiente, obsoleto e injusto para una mayoría empobrecida e ineducada. Los gobiernos se han sucedido sin lograr este cambio asistencial tan necesario para todos y urgente para los numerosos peruanos menos favorecidos. Desde luego, se entiende que las ideas descritas deben ser discutidas y mejoradas con los aportes de compatriotas decididos a buscar la modernidad en la salud. El compromiso no es solo un deber de los que tuvieron la oportunidad, sino un derecho de todos los peruanos.

Los cambios institucionales de los servicios públicos en el Perú, tales como la educación, la salud, la justicia, la regionalización, no pueden producirse por generación espontánea. Reconquistada la democracia y echado a andar el aparato productivo de una nación rica en recursos naturales, se logrará el impulso económico que facilite el desarrollo de los cambios para superar la crisis y la derrota de esos otros enemigos que son la pobreza y la corrupción.

He llegado a la tercera edad sin encontrar el liderazgo político capaz de apoyar reformas sociales emprendidas por la civilidad. Estamos finalizando el primer semestre del año y ¿qué es lo que tenemos al frente? ¡Nada menos que 27 agrupaciones políticas inscritas y 17 más esperando su aprobación para las próximas elecciones del 2026! No hemos aprendido la lección. Para los peruanos, no es suficiente tener que sufrir con sus errores electorales durante décadas sucesivas, sino parece que les apasiona sufrir carencias, irresponsablemente pensando que nuestras riquezas nos sacarán adelante. Repasemos otra “victoria” reciente:


A este paso, vamos por un título mundial. ¿Quiénes son los responsables de esta debacle? Por un lado, el Jurado Nacional de Elecciones, infestado por caviares y comunistas, que manipula con facilidad a los casi 25 millones de peruanos en edad electoral, la mayoría carentes de cultura cívica y con un adormitado patriotismo. Yo pienso que es urgente que no seamos insensibles con el correr del tiempo y la prensa libre se ocupe de instar al Congreso que funcione para prevenir un nuevo fraude electoral.

Pero no perdamos de vista a ese creciente número de personajes que creen que pueden ser candidatos a la presidencia de un país sin estar preparados para semejante tarea. Analizando a los grupos democráticos, Avanza País y Renovación Popular no tienen líderes potenciales. Parece que el APRA cree que puede ir solo, según equivocadamente sueña Humberto Abanto. El PPC de Carlos Neuhaus hace poco se reforzó con la figura de Fernando Cillóniz. Roberto Chiabra, de Paz y Unidad, espera ser inscrito a fin de mes. Rafael Belaúnde Llosa sigue en carrera con Libertad Popular, pero tiene la compañía de Pedro Cateriano, premier de Vizcarra y Humala. La semana pasada se lanzó Carlos Añaños por un desconocido Perú Moderno. Fuerza Popular ahora cree que con el octogenario Fujimori le dará a Keiko una cuarta opción; el éxito inicial del chino ocurrió hace una generación; la elección de 24 congresistas en 2021 se debió al masivo voto anti-Castillo, pero su torpe y mezquina actuación reciente terminará con sus sueños de opio.

Necesitamos una especie de Milei para el 2026. Es como tener un Messi para hablar de fútbol. Como esto no es posible, la prensa democrática que tenemos debe promover diligentemente la formación de liderazgos con planes de gobierno técnicamente preparados para presentar a la población los cambios o reformas que el Perú necesita, incluyendo desde luego un paquete de medidas para iniciar una lucha frontal contra la corrupción, seguridad ciudadana, pobreza y el comunismo. Además, solicitamos a los candidatos democráticos altas dosis de prudencia, generosidad y solidaridad. Se necesita estar preparados para el gran salto hacia la libertad y el progreso del país. Nada viene gratis en este mundo. Hay que hacer la tarea con responsabilidad y esmero.

Mientras tanto, he terminado de redactar mi libro sobre Reforma de la Salud, con 281 páginas y 196 referencias bibliográficas, en la que abordo el cómo hacer cambios en salud. Adicionalmente, el último capítulo propone una institución autónoma con el fin de iniciar una cruzada nacional para prevenir la Desnutrición Materno Fetal, el principal problema sanitario del país, que requerirá una fuerte inversión económica y una a dos generaciones. Como no pertenezco a ninguna ONG caviar, trataremos de financiar solo 100 ejemplares. O uno, para evaluación por el frente democrático que se decida formar. La información es totalmente gratuita; mi riqueza será la sonrisa saludable de las nuevas generaciones. Pero nada será posible sin democracia ni libertad.