viernes, 26 de julio de 2024

LA TRISTE POLITICA PERUANA AD PORTAS DEL 28 JULIO 2024

 Los peruanos, al 26 de julio 2024, están próximos a celebrar su 28 de julio #203 y la verdad yo no tengo nada que celebrar.

En primer lugar, estamos gobernados por la nefasta camarilla heredera de un sujeto más bruto y maligno que el sátrapa Nicolás Maduro, el cual se apresta a cometer un nuevo fraude electoral para continuar enriqueciéndose a costa del hambriento hermano pueblo venezolano.

Pedro Castillo está encarcelado por golpista, porque las fuerzas armadas lo metieron a la cárcel. Sí, las mismas fuerzas armadas que derrotaron a Sendero y que el traidor poder judicial, capturado por los comunistas y sus miserables vendepatrias conocidos como caviares, ha perseguido, enjuiciado y encarcelado por tres décadas, ante la pasividad de 30 millones de ciudadanos beneficiados por la desaparición del miedo a las bombas y a la matanza cobarde de peruanos inocentes, pobres o no pobres.

¡Qué rápido el peruano se olvidó del nefasto gobierno de Castillo! Ahora tenemos a su vicepresidente como “sucesora constitucional” gracias a las artimañas de un claudicante y despreciable legislativo. En un blog de 16 páginas del 8 de diciembre 2023, titulado “Hojas sueltas, pero que merecerían ser lanzadas al viento” (jorgeuceda.org, ver blogs), en el acápite Corrupción, insisto que debemos despertar la adormitada e indiferente peruanidad. Ahí afirmo que la complacencia y el poco civismo de la población la han llevado a distanciarse de la política, lo que le induce a votar sin conocer al candidato o sus propuestas.

El diagnóstico de esta inclinación nacional se torna decepcionante si hoy escuchamos a una insigne persona como Ernesto Blume, quien justifica su apoyo a Dina Boluarte porque tenemos que preservar la institución presidencial. Mis 84 febreros respetan profundamente sus 77 octubres, pero sinceramente, el Perú de hoy con sus múltiples carencias no está en una situación para caer en la ingenuidad y candor de creer que este gobierno es diametralmente diferente del anterior. Una cosa es, doctor Blume, citar cifras gubernamentales y otra es adentrarse en los millones de hogares peruanos que no se nutren de cifras sino de una inmensa, amarga y angustiosa realidad.

Por otro lado, los votantes deben recordar el equivocado e insensible andar político del fujimorismo, que continúa urdiendo innobles alianzas congresales con tal de preservar ciertas ventajas políticas. Impávidos con sus tres sucesivas derrotas electorales, son incapaces de reconocer sus errores. Hay que recordarles que el pueblo votó por Keiko obligado por el fraude de Salas Arenas y su combo rojo, que la puso en una segunda vuelta que le correspondía a López Aliaga. Desde luego, una vez más, las candidaturas democráticas contribuyeron con su irresponsable fraccionamiento, crónica ingenuidad que ya raya en una incurable estupidez. Y como en este país, las amargas experiencias rápidamente se olvidan ahora tenemos 40 agrupaciones políticas que se alistan para el 2026. Como seguimos bajo el yugo traidor del ideologizado poder electoral, ahora algunos piensan que, para prevenir el fraude, las fuerzas armadas deberían acceder a copias oficiales de los padrones. Total, vamos avanzando de tumbo en tumbo, algunos esperanzados y creyentes, muchos adormitados y ajenos a los problemas de los demás, con esa pasividad característica que es oficiosamente aprovechada por la clase dominante caviar, ahora convertida en una casta que será difícil de erradicar, pues tiene una potente nutrición internacional.

Hace más de un año, la protección democrática congresal empezó a desmoronarse en medio de creciente corrupción. Ahora nos queda una reducida pero nutrida prensa independiente. La otra prensa, convertida en el más vil de los oficios, que dependía de la mermelada del ejecutivo, ahora

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se mantiene a través de ONG’s locales e internacionales que operan sin ningún control gubernamental.

Por esta fecha, dependemos de un ideal frente democrático que ojalá se vaya ya gestando. Ese frente tiene que conformarse por líderes políticos que son pocos, pero los hay. Estos líderes necesitan formar un equipo de especialistas que produzca un detallado plan de gobierno, a fin de que sea expuesto a la población. Ninguna reforma institucional es posible sin el apoyo ciudadano. Una vez logrado el documento, los comunicadores sociales democráticos deben presentar el plan de reformas por todo el territorio nacional. Los electores deben comprender que las reformas pueden iniciarse, pero serán procesos que requieren tiempo y dinero. Los cambios serán notorios desde el principio y el despegue será imparable.

Reitero que personalmente no tengo nada que celebrar al mirar las calamidades que asolan la inmensa mayoría de nuestros connacionales. Más bien, es importante seguir esa luz al final del túnel que nos permita acceder a un Perú distinto y fuerte. Tenemos que mantener la fe, pero no podemos soslayar el esfuerzo, el conocimiento, la verdad, la honradez y el amor al prójimo.

miércoles, 26 de junio de 2024

LA SALUD NO PUEDE CAMBIAR SIN DEMOCRACIA NI LIBERTAD

 

Desde aquel lejano 2005 he cumplido toda una generación promoviendo infructuosamente una reforma de la salud en el Perú. Graduado en San Fernando en 1966, estudié y trabajé durante 28 años en los Estados Unidos, retornando dos veces a la patria y encontrando un sistema sanitario ineficiente, obsoleto e injusto para una mayoría empobrecida e ineducada. Los gobiernos se han sucedido sin lograr este cambio asistencial tan necesario para todos y urgente para los numerosos peruanos menos favorecidos. Desde luego, se entiende que las ideas descritas deben ser discutidas y mejoradas con los aportes de compatriotas decididos a buscar la modernidad en la salud. El compromiso no es solo un deber de los que tuvieron la oportunidad, sino un derecho de todos los peruanos.

Los cambios institucionales de los servicios públicos en el Perú, tales como la educación, la salud, la justicia, la regionalización, no pueden producirse por generación espontánea. Reconquistada la democracia y echado a andar el aparato productivo de una nación rica en recursos naturales, se logrará el impulso económico que facilite el desarrollo de los cambios para superar la crisis y la derrota de esos otros enemigos que son la pobreza y la corrupción.

He llegado a la tercera edad sin encontrar el liderazgo político capaz de apoyar reformas sociales emprendidas por la civilidad. Estamos finalizando el primer semestre del año y ¿qué es lo que tenemos al frente? ¡Nada menos que 27 agrupaciones políticas inscritas y 17 más esperando su aprobación para las próximas elecciones del 2026! No hemos aprendido la lección. Para los peruanos, no es suficiente tener que sufrir con sus errores electorales durante décadas sucesivas, sino parece que les apasiona sufrir carencias, irresponsablemente pensando que nuestras riquezas nos sacarán adelante. Repasemos otra “victoria” reciente:


A este paso, vamos por un título mundial. ¿Quiénes son los responsables de esta debacle? Por un lado, el Jurado Nacional de Elecciones, infestado por caviares y comunistas, que manipula con facilidad a los casi 25 millones de peruanos en edad electoral, la mayoría carentes de cultura cívica y con un adormitado patriotismo. Yo pienso que es urgente que no seamos insensibles con el correr del tiempo y la prensa libre se ocupe de instar al Congreso que funcione para prevenir un nuevo fraude electoral.

Pero no perdamos de vista a ese creciente número de personajes que creen que pueden ser candidatos a la presidencia de un país sin estar preparados para semejante tarea. Analizando a los grupos democráticos, Avanza País y Renovación Popular no tienen líderes potenciales. Parece que el APRA cree que puede ir solo, según equivocadamente sueña Humberto Abanto. El PPC de Carlos Neuhaus hace poco se reforzó con la figura de Fernando Cillóniz. Roberto Chiabra, de Paz y Unidad, espera ser inscrito a fin de mes. Rafael Belaúnde Llosa sigue en carrera con Libertad Popular, pero tiene la compañía de Pedro Cateriano, premier de Vizcarra y Humala. La semana pasada se lanzó Carlos Añaños por un desconocido Perú Moderno. Fuerza Popular ahora cree que con el octogenario Fujimori le dará a Keiko una cuarta opción; el éxito inicial del chino ocurrió hace una generación; la elección de 24 congresistas en 2021 se debió al masivo voto anti-Castillo, pero su torpe y mezquina actuación reciente terminará con sus sueños de opio.

Necesitamos una especie de Milei para el 2026. Es como tener un Messi para hablar de fútbol. Como esto no es posible, la prensa democrática que tenemos debe promover diligentemente la formación de liderazgos con planes de gobierno técnicamente preparados para presentar a la población los cambios o reformas que el Perú necesita, incluyendo desde luego un paquete de medidas para iniciar una lucha frontal contra la corrupción, seguridad ciudadana, pobreza y el comunismo. Además, solicitamos a los candidatos democráticos altas dosis de prudencia, generosidad y solidaridad. Se necesita estar preparados para el gran salto hacia la libertad y el progreso del país. Nada viene gratis en este mundo. Hay que hacer la tarea con responsabilidad y esmero.

Mientras tanto, he terminado de redactar mi libro sobre Reforma de la Salud, con 281 páginas y 196 referencias bibliográficas, en la que abordo el cómo hacer cambios en salud. Adicionalmente, el último capítulo propone una institución autónoma con el fin de iniciar una cruzada nacional para prevenir la Desnutrición Materno Fetal, el principal problema sanitario del país, que requerirá una fuerte inversión económica y una a dos generaciones. Como no pertenezco a ninguna ONG caviar, trataremos de financiar solo 100 ejemplares. O uno, para evaluación por el frente democrático que se decida formar. La información es totalmente gratuita; mi riqueza será la sonrisa saludable de las nuevas generaciones. Pero nada será posible sin democracia ni libertad.

martes, 14 de mayo de 2024

FRENTE DEMOCRATICO

 

Mientras el país se viene abajo, ahora más que nunca es necesario que los buenos peruanos que ansían competir en democracia, despierten y reactiven la urgente necesidad de reunirse y formar lo único que puede salvar el Perú, un Frente Democrático. Hace pocos meses, muchos pensábamos que el Congreso desaparecería ese engendro vizcarrista llamada JNJ, pero terminó blindándola. Otras dos tareas fundamentales era legislar la recomposición del JNE y la inhabilitación del orate Humala. Sin embargo, lejos de procurar frenar la nefasta manipulación de la caviarada de Gorriti, los congresistas se subieron el sueldo en un condenable acto canallesco y ofensivo a la pobreza de diez millones de peruanos. El silencio de los que considerábamos mejores ha sido verdaderamente decepcionante. Solo queda la recomposición de la junta directiva que vendrá en julio y que de ninguna manera debe presidir otro mequetrefe y corrupto como el actual. Necesitamos un líder fuerte y con arraigo, tipo Roberto Chiabra. Alguien como él (¿tenemos otro igual?) sería nuestro seguro si se tiene que formar un gobierno interino, siempre y cuando no elijan vicepresidente a uno de los filo-senderistas que tenemos.

Antes de entrar en un futuro cercano, veamos el presente. El gobierno no solo es débil, es inviable, ineficiente, corrupto. La aliada de Castillo está pintada en la pared, por más cirugía plástica que se haga. Ahora la pobreza casi llega a 30% y la informalidad a 80%. La Minería está casi parada, a pesar de tener este año una cartera de 51 proyectos que suman 54,556 millones de dólares; a pesar que somos el tercer país con más reservas de cobre y que ahora está a 451 dólares por libra; a pesar que somos el 8º país con más reservas de oro, cuyo precio actual es 2308 dólares por onza; a pesar que somos el 2º país con más reservas de plata, hoy valorada a 27.6 dólares por onza (ver cuadro adjunto). ¿Y por qué la producción minera está crónicamente afectada? Pues, por los conflictos sociales organizados por la mafia caviar y el socialismo del siglo veintiuno, sumados a la grosera inestabilidad política.


Antes de continuar analizando el presente, es preciso denostar a los pusilánimes que son incapaces de rechazar el fraude electoral que ese maligno grupete de caviares y comunistas nos impusieron el 2021, aprovechando la ignorancia, la indiferencia y la incultura cívica del elector peruano. A aquellos “intelectuales” que declaran que “el Perú tiene que habituarse a asumir la responsabilidad ciudadana que corresponde por sus elecciones” los invito a predicar en el desierto. Necesitamos peruanos con hormonas y adrenalina circulando a altos niveles séricos, para solucionar lo que la INEI nos informa hoy, que ya tenemos 10 millones de peruanos pobres.

Y yo les pregunto a la mayoría de los peruanos, ¿no queda otra que esperar al 2026? Que me perdonen los que vaticinan el macabro escenario de confrontar a Keiko contra Antauro. Esos son los mismos que se oponían a la vacancia de Vizcarra. ¿Qué pretenden? ¿Dejar que el enemigo siga comprando a traidores congresistas y a esa proterva y miserable prensa que tenemos, mientras las carencias y la enfermedad continúan afectando a los que no tienen quién los asista? ¿Esperar hasta el 2026, mientras la inseguridad ciudadana, el narcotráfico, los atentados terroristas, la rampante corrupción, el desgobierno y la injusticia continúan sin control y con total impunidad?

Hay quienes dicen muy orondos que en el Perú nadie sabe lo que puede pasar y, por supuesto, lo mejor es esperar, no hacer nada. ¿Se acuerdan de la famosa admonición de Giovanni Sartori?            Los tiempos que vivimos requieren mucha acción por un Frente Democrático, el cual tiene que irse plasmando ya. Ante la ausencia de partidos políticos capaces de producir un liderazgo avasallador, el Perú actual requiere que sus muchos políticos honestos, capaces y experimentados empiecen a reunirse para conversar, mucho más de lo que seguramente han estado haciendo. Tenemos que conformar un frente unido que vaya elaborando un plan de gobierno en el curso de los próximos seis meses. Es urgente estar preparados. No hay lugar para mezquindades o falsos caudillajes. Hay que estar preparados para un posible gobierno de transición y eso pasa, al menos, por una nueva mesa directiva del Congreso que la salve de su camino claudicante y que tenga la fuerza y energía que la situación demande.

Mientras tanto, es necesario congregar a políticos experimentados, honestos y dispuestos a trabajar por un Perú moderno y eficiente. Afinar un plan de gobierno, que permita realizar las reformas institucionales que necesitamos y que debe comunicarse a la población a través de una prensa libre, dispuesta a defender la constitución y la libertad. Hay que limpiar al Estado, reducir los Ministerios y promover una nueva regionalización. Tenemos que librarnos de las autoridades regionales y las inútiles prefecturas, que se especializaron en alimentar la corrupción y el caos. Ser gobierno no significa rodearse de lujos ni excesos; servir al Estado no es vivir de él. No más escoltas y consultorías. No más automóviles para cualquier hijo de vecino que trabaje en el Estado. Reformar el poder judicial es urgente. La Seguridad Ciudadana debe estar a cargo de expertos. Hay que dejar trabajar al peruano emprendedor. Ya es hora de hacer los trenes que el país necesita. El progreso y el crecimiento disminuirá la pobreza y mejorará la vida de las poblaciones. Solo si seguimos esta línea, el Perú podrá aspirar a gozar de una buena educación y salud de calidad. Todo lo descrito y mucho más, es volver a la democracia y a la libertad. Pero todo requiere de mucho trabajo, mucho estudio y mucha honestidad. Y requiere de peruanos que no estén dispuestos a tolerar el engaño, la corrupción y, sobre todo, otro fraude electoral.

Párrafo aparte merece el sesudo análisis del economista Jorge Baca Campodónico, que señala el fracaso de los gobiernos izquierdistas al provocar un aumento de la pobreza y la desigualdad, criticando el desmanejo para lograr el crecimiento económico mientras se incrementaba irresponsablemente el gasto en programas de inclusión social.

 

martes, 9 de enero de 2024

2024: QUE RECUPEREMOS LA LIBERTAD Y LA DEMOCRACIA

 

No va a ser suficiente desearnos un feliz año. La felicidad no caerá como una aurora primaveral admirando la quietud del océano. Vamos a tener que trabajar para conseguirla. El país surca mares traicioneros y ni el barco ni los tripulantes están suficientemente preparados para capear un fuerte temporal.

Pasadas las fiestas, es necesario reconocer que nuestra economía sigue estancada debido al gobierno comunista que se recompuso “constitucionalmente” en diciembre 2022, pasándole la posta a Dina Boluarte, compinche del vacado corrupto golpista Pedro Castillo y acérrima escudera del “no habido” Vladimir Cerrón. Como se recordará, a mediados de 2022, la entonces vicepresidenta Boluarte infringió el artículo 126 de la Carta Magna al gestionar permisos para el Club Departamental Apurímac. Fue muy sospechoso que Rosío Torres, presidenta acuñista de la subcomisión de acusaciones constitucionales nombrara al comunista Edgard Reymundo para presentar el respectivo documento al pleno. Mientras Alberto Otárola asumía la defensa legal de la acusada, Reymundo se tomó meses para presentar su escrito y en noviembre solicitó archivamiento. Es muy posible que aquí actuaron los caviares y el traidor jefe de la Torres. Solo así no pudo asumir José Williams Zapata. Dina y Otárola formaron la improvisada dupla gobernante, las protestas trajeron no solo dos muertitos sino 50, incluyendo 6 soldados y un policía pero, con la caviarada en el poder… ¡No pasó nada!

Las maquinaciones arriba descritas y otro año de improvisado gobierno han resultado en la crisis político-económico-social que hoy sufrimos. Es groseramente evidente que Otárola es el jefe de la organización criminal que maneja el país después de haber prostituido el congreso, integrado por una mayoría delincuencial que se burla miserablemente de sus incautos electores. Para completar este caótico espectáculo la caviarada ha usurpado el ministerio público, separando a la Fiscal de la Nación en una canallesca maniobra inconstitucional, permitida cobardemente por el claudicante congreso. Ahora la IDL de Gorriti se jacta de controlar el poder judicial.

La gran pregunta es ¿cómo salimos de esta situación? Debemos primero recordar los tiempos de Paniagua y Toledo, cuando el país bajó la guardia después que Fujimori y la fuerza armada derrotaran a Sendero. Los vencidos comunistas se disfrazaron de izquierda caviar y comenzaron a pulular los sitios alejados del país, tomando escuelas para cultivar el odio y la lucha de clases. Los gobiernos de turno, enfrascados en insensata corrupción, permitieron los avances de la izquierda, abusos judiciales a los victoriosos militares, liberación con reparación civil a terroristas y crecimiento de una ya frondosa burocracia estatal. Mientras el común de los peruanos, vivían ajenos a los vaivenes de la política y totalmente indiferentes a sus responsabilidades cívicas, “el barco comenzó a hacer agua” y los petrodólares chavistas sentaron a Ollanta en el sillón de Pizarro (2011-2016). El saqueo de éste fue tan “eficiente” que en los siguientes 7 años hemos tenido seis “presidentes” (Kuczynski 2016-8, Vizcarra 2018-20, Merino 2020, Sagasti 2020-1, Castillo 2021-2022, Boluarte 2023). ¿Puede observar el lector la figura dominante en toda esta secuencia?

Por supuesto que sí ¿verdad? Es la izquierda retrógrada y rapaz que, a diferencia de otros países latinoamericanos ya conquistados, parcial o totalmente, ha encontrado que Perú sabe defenderse, y tarde o temprano vencerá, siguiendo los ejemplos de Argentina, Uruguay, Paraguay, El Salvador y Ecuador. Bien afirma Carlos Sánchez Berzaín, eminente político boliviano y Director del Interamerican Institute for Democracy con sede en Miami, que Latinoamérica se está recuperando del asedio comunista internacional, quedando para más adelante la batalla contra Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua, narco-estados todos y absolutos violadores de los derechos humanos.

Volviendo a nuestro Perú, la lucha no está para los ingenuos o aquellos políticamente correctos. Como dice Javier Milei, “la lucha no es para los corderos, hay que despertar a los leones”. Tenemos líderes en el país, pero las fuerzas democráticas andan divididas en insensatos caudillajes, como si la experiencia de esta docena de años con siete presidentes de la república fuera poca cosa.

A enero de 2024 el “bloque democrático” del Congreso de la República se ha modificado de 79 congresistas hace tres años a un total de 44 (22 de Fuerza Popular, 9 de Renovación Popular, 9 de Avanza País y 4 No Agrupados). El bloque de izquierda de 51 congresistas ahora cuenta frecuentemente con los votos de Acción Popular (15) y de “Alianza para César Acuña” (11). Si recordamos que el APP preside el Congreso y que acaban de blindar a la vizcarrista JNJ, ahora tenemos claro el insuficiente control a un Estado hipertrofiado, lleno de caviares y próximo a nutrirse con un presupuesto aprobado para este año de 240 mil millones de soles.

Volviendo al título de la presente nota, es obvio que debemos tratar de recuperar nuestra libertad y democracia.

De las instituciones tutelares, aún contamos con el Tribunal Constitucional y las Fuerzas Armadas y Policiales. Los dos obstáculos más importantes son la atomización democrática y la continuidad del ideologizado Jurado Nacional de Elecciones. Es urgente que los constitucionalistas nos aseguren contar con un JNE idóneo que reemplace al de Salas Arenas que felizmente cesa a fines de este año, aunque ya la justicia caviar está nombrando personajes cuestionados.

El JNE tenía 13 partidos inscritos en febrero 2023, 18 en abril y 25 a fines de diciembre, estando 9 en proceso de inscripción. Revisando las listas, los grupos democráticos son: Avanza País, APRA, Fuerza Popular, Libertad Popular, Renovación Popular y PPC (por inscribirse). Libertad Popular es liderada por Rafael Belaúnde Llosa. Hay un Partido Patriótico del Perú, liderado por un marino con buen CV. El resto es una mezcla variopinta de impresentables (Perú Libre con sus anexos que hoy infestan el congreso, el vizcarrista Perú Primero, el ANTAURO) y los grupúsculos de siempre. El APP de Acuña y Acción Popular, ambos de deplorable desempeño en este congreso, seguro serán castigados por Juan Pueblo en las próximas elecciones.

Revisemos “la unidad democrática” que potencialmente tenemos. Avanza País y Renovación Popular son partidos pequeños sin líderes propuestos para tentar la presidencia. Rafael López Aliaga, alcalde de Lima, ha indicado terminar su mandato edil, pero su gestión puede catapultarlo políticamente más adelante. El APRA, por ahora, solo tiene líderes congresales. Fuerza Popular, esta vez, no debería ir a presidenciables, pero su apoyo a una lista única será más importante que nunca. Por ahora, parece que quedan cuatro nombres que están considerando lanzar candidatura: 1 Roberto Chiabra León no tiene partido inscrito pero ha dicho recientemente que “está formando un partido propio para buscar la unión con otros partidos”. 2 Carlos Neuhaus Tudela acaba de ser elegido presidente del aún no inscrito Partido Popular Cristiano, pero es un político experimentado. 3 El nombre de Rafael Belaúnde Llosa todavía suena más que su partido Libertad Popular, aunque nuestro Nóbel acaba de inscribirse en él; pienso que Rafael tiene las cualidades para sumarse antes que dividir. 4 El otro nombre sin partido pero que parece fuerte es Fernando Cillóniz Benavides, que tiene conocimiento y experiencia. A estos nombres, se han mencionado otros como Carlos Añaños Jerí y Roque Benavides Ganoza.

Estamos iniciando 2024 y, como se ha descrito, de aquí a julio 2026 no existe la seguridad de poder arribar a un buen puerto. A nuestra adormitada ciudadanía hay que recordarle que estamos en guerra y que el enemigo todavía controla el barco. En Cusco, la madrugada del 1º de enero, acaba de aparecer incógnito Rafael Correa buscando comprar un terreno. Este ex dictador de Ecuador entró en problemas con la justicia y encontró refugio en Bruselas donde vive muy cómodamente contratado por Rusia Today en español, que por varios años entrevista a los repulsivos Lula, Morales, Cristina Kirchner y muchos más. Lo probable es que está haciendo dupla con Evo para re-lanzar la ofensiva separatista en el sur peruano, todo con dinero del comunismo internacional. Otárola y Boluarte apoyaron el golpe contra la Fiscal Benavides y nadie está seguro de los oleajes venideros.

Lo expresado arriba tiene que ser enfrentado por los líderes democráticos para prevenir posibles embates contra nuestra libertad y democracia. Sería prudente estar preparados para antes de julio 2026. Urgen diálogos entre los políticos nombrados con el fin de presentar y discutir concienzudos programas de gobierno, mostrando madurez, desprendimiento, liderazgo y sobre todo, amor a la patria y al bienestar de todos los peruanos.