lunes, 27 de abril de 2020

COVID-19 Y LA DESINFORMACION EN EL PERU



La población peruana sufre días difíciles ante una pandemia viral que comenzó en China, se extendió por Europa y Norteamérica y ahora nos ataca, causando miles de enfermos y cientos de muertos.

Luego de seis semanas de rígida cuarentena, el Perú marcha en puesto 17º en el mundo, en número de casos infectados, 2º en Sudamérica detrás de Brazil. Nuestro sistema de salud está al borde del colapso, con cientos del personal de salud infectados (muchos en estado crítico), insuficiente número de ventiladores mecánicos y hasta ¡personal tres meses impago!

En medio de un sombrío ambiente de noticias, discusiones, opiniones y el profuso empleo del internet, considero fundamental erradicar la terrible desinformación que recibe el peruano común incluyendo, desgraciadamente, a personas reputadas por su liderazgo educacional. Todo un politólogo de una prestigiosa universidad nacional afirmaba ayer que “ante la emergencia sanitaria, la actuación del gobierno ha sido encomiable; impuso una cuarentena temprana que ha salvado vidas y lanzó un paquete económico macizo”. Hasta el director del diario receptor de la ignorante declaración que consignamos, finalmente escribió que “el discurso del mandatario no solo es falaz en lo técnico, es también equivocado respecto a la tutela moral” y “cada vez es más claro que se hicieron muy pocas pruebas (y a destiempo), así como no nos preparamos respecto a camas UCI y ventiladores en su momento”.

Revisemos, pues, la verdad de los hechos.

-         - El 16 de enero del año en curso, la PAHO (Pan American Health Organization, Oficina Sanitaria Panamericana) y la Oficina Regional para las Américas de la WHO (World Health Organization, Organización Mundial de la Salud) publicaron una Alerta Epidemiológica por la aparición de un nuevo Coronavirus (nCoV) en la ciudad china de Wuhan (población de 19 millones) a finales de Diciembre 2019. Revisando el documento se lee textualmente: “PAHO/WHO does not recommend any screening at entry points regarding this event, nor any restrictions on travel or trade” (PAHO/WHO no recomiendan control en los puntos de ingreso o restricciones en viajes o comercio). Este craso error fue corregido el 24 enero, cuando PAHO Director, Clarissa Ethienne, en una conferencia a Embajadores de la Organización de Estados Americanos dijo: “Hoy encarecemos a los países de las Américas a prepararse para descubrir, aislar y cuidar a pacientes infectados con el nuevo coronavirus, en caso de recibir viajeros provenientes de países con brotes comprobados”. Esta declaración debería haber alertado a nuestras autoridades sanitarias para desarrollar el plan de contención respectivo.

-          - El 30 de enero la Organización Mundial de la Salud declaró a Covid-19 como una emergencia de salud pública. Solo la declaró Pandemia el 11 de marzo. Ya se ha señalado el nefasto tinte ideológico del presidente de la organización mundial y su actitud complaciente con el gobierno chino, que ocultó información inicial.

-         -  El 6 de febrero, PAHO anunció que estaba dando asistencia técnica sobre Covid-19 a los países miembros y que 29 laboratorios nacionales tendrían la capacidad de realizar las pruebas de diagnóstico. En Brasilia, entre 6 y 7 de febrero, se hicieron prácticas sobre la prueba molecular con laboratoristas de 9 países sudamericanos (Perú incluido), promovidas por PAHO, el ministerio de salud de Brazil y Fiocruz, una fundación brasilera.

-          - Durante el resto de febrero, incluyendo la primera semana de marzo, la PAHO continuó difundiendo información precisa a las entidades de salud bajo su jurisdicción, con el fin de preparar una respuesta a los casos importados, brotes y transmisiones comunitarias del coronavirus SARS-CoV-2.

¿Cuál fue la respuesta de las autoridades de salud en el Perú? Uno podría pensar que después de 36 días (24 a 31 enero + 29 días de febrero) MINSA ya tendría un Protocolo de Prevención en los Aeropuertos y las fronteras del país para hacer pruebas moleculares a toda persona con síntomas de Covid-19 y/o que provinieran de países con la enfermedad, especialmente Asia y Europa. Ninguno de estos viajeros debería haber ingresado al país sin tener los resultados de las pruebas moleculares. Nuestro Aeropuerto Internacional tenía espacios para que los viajeros testeados esperaran los resultados (salas VIP’s o el hotel del aeropuerto). Hasta hoy no sabemos cómo actuaron los epidemiólogos y autoridades del Ministerio de Salud, ni el gobierno ha informado sobre ello a la población. MINSA debería conocer la precariedad de nuestro equipamiento y la necesidad imperiosa de aplicar un protocolo sanitario en los puntos de ingreso (aeropuertos y fronteras). Ya la PAHO nos había “machacado” estos conceptos, según lo arriba descrito.

Lo único que se sabe es que el primer caso de Covid-19 en Perú fue publicado en TV por el Presidente de la República a las 07.33 horas del 6 de Marzo. Se trataba de un primer oficial de LATAM que había regresado al Perú de un viaje por España, Francia y República Checa. No se sabe la fecha de ingreso al aeropuerto, pero sí que no regresó a trabajar por presentar los síntomas y que contagió a siete familiares antes de tener un resultado positivo a la prueba molecular. Con este afán de figuración presidencial, la población se enteró de sucesivos casos infectados en los próximos días, reportados por una prensa que aparentemente no tenía ni idea de protocolo sanitario en los puntos de ingreso. Lo que hemos escuchado de viajeros amigos y conocidos es que grandes colas en el aeropuerto eran manejadas por sanitarios que preguntaban por síntomas y aproximaban un termómetro frontal a la persona; si no había síntomas o fiebre, los viajeros pasaban a sus domicilios. Aparentemente, el proceder de Europa o Asia  no era indicación para hacer la prueba.

Recién el 15 de Marzo se declaró el aislamiento social obligatorio por 15 días. Ya se habían registrado 71 casos de Covid-19 en el territorio nacional, siendo la mayoría en la Capital. Es probable que durante la primera quincena de Marzo, el coronavirus SARS-CoV-2 invadió al Perú sin que nosotros, característicamente, opusieran una organizada resistencia.

Otra gran incógnita ha sido el número de pruebas moleculares diarias realizadas durante el mes de Marzo. La PAHO nos enseñó cómo hacerlas a principios de febrero, pero se supone que MINSA las debería haber comprado. El liderazgo en el equipo de salud no se mostraba con claridad; simplemente, el 16 cambiaron a la  ministra de salud. Esto demostró que el gobierno nunca estuvo preparado para contener al enemigo. Parecía ufanarse de un relativo bajo número de personas infectadas, pero el número de pruebas moleculares era groseramente insuficiente. Entre el 6 y el 16 de marzo solo se hicieron ¡45 pruebas moleculares por día! El 16 de marzo se suspendieron los vuelos internacionales desde Europa y Asia al Perú, que el gobierno había decretado tres días antes. La autoridad portuaria debe tener la relación exacta de los cientos o miles de viajeros que ingresaron por nuestro aeropuerto internacional, muchos de los cuales –con toda seguridad- eran infectados asintomáticos. El 16, la ministra de salud reportó que ya se habían identificado 86 infectados.

Desde fines de marzo y principios de abril las cifras de infectados aumentaron considerablemente, así como las de los fallecidos. Y es que el gobierno empezó a emplear pruebas rápidas en gran número, mezcladas con algunas moleculares. Así llegamos al 25 de abril, donde pudimos analizar la positividad de las pruebas. El total de las moleculares a la fecha fueron 47,624 y 11,432 (24%) fueron positivas. En cambio, las serológicas alcanzaban ahora la cifra de 150,725 y solo 10,216 (6.8%) resultaron positivas. Considerando el alto número de falsos negativos de las pruebas rápidas, es imposible lograr el cerco epidemiológico del virus, debido a la falta de pruebas moleculares.

La semana pasada la incompetencia del gobierno suspendió la compra de medio millón de pruebas moleculares de una empresa coreana debido a que no satisfacían “nuestras especificaciones técnicas”. Ahora tenemos cientos y miles de provincianos que buscan regresar a sus tierras de origen para escapar de la crisis económica, alimentaria y del mortal virus. Les hacen una prueba rápida y si son negativos, suben al ómnibus con cargo a someterse a cuarentena solo al llegar. Mientras tanto, las aglomeraciones ocurren sin control, gracias a las enormes colas de los que buscan los bonos personales o incluso familiares, registrados en un incompleto Padrón  General de Hogares.

En resumen, estamos perdiendo esta guerra porque no tenemos pruebas moleculares para lograr un cerco epidemiológico efectivo. Necesitamos un urgente cambio de autoridades sanitarias, incluyendo a nuestros mejores epidemiólogos y salubristas. La población no merece monólogos no médicos y sí un equipo de expertos científicos que nos saque de este rumbo totalmente equivocado.