jueves, 29 de abril de 2021

EL BREBAJE VENENOSO QUE SE VEIA VENIR

 

Las recientes elecciones del 11 de abril han dejado un sabor amargo en la población, como si estuviera próximo a ingerir un brebaje venenoso.

El 18 de marzo de 2019 publiqué (jorgeuceda.blogspot.com) “Comunismo y corrupción, un brebaje venenoso”. Comenzaba afirmando lo siguiente:

“Pobreza e ignorancia son el caldo de cultivo del comunismo internacional, el cual necesariamente se sustenta en mercenarios que denigran el uniforme militar de un país, avasallando los poderes judicial y legislativo para usufructuar un capital que es del pueblo. Los únicos ricos y omnipotentes son la camarilla que se perenniza en el poder”.

Continuaba con una apretada pero informativa descripción de los orígenes de las satrapías en Cuba y Venezuela, cuya lectura dejo a la generosidad del lector, aunque debo resaltar lo que Fidel le decía a Chávez, “tienes que aprender a manejar la ignorancia de los pobres con un verbo encendido de autoridad y poder”. Además, lo adoctrinaba en cómo corromper militares para preservar indefinidamente ese enfermizo poder.

Finalmente, abordaba el tema de la corrupción y su seguimiento por Transparencia Internacional, fundada en 1993 en Alemania. En enero 2019, el Perú figuraba en el puesto 105 de 180 países. La crónica corrupción de nuestros gobiernos nacionales afecta una sucesión de débil democracias, originando pobreza y el irremediable resentimiento social.

Ante todo debemos aclarar que los peruanos no estamos “en una lucha de clases”. Aquí cabe la réplica “Es la corrupción el problema, imbécil”. Esta enfermedad no solo está en Lima, pues la improvisada descentralización dio lugar a la aparición de gobernadores regionales corruptos que se enriquecieron con el vil manejo de sus ingentes asignaciones presupuestales. Por otro lado, los crímenes de lesa humanidad cometidos por los ideologizados responsables del manejo de la pandemia en el país han afectado a toda la población, especialmente al querido sector del Perú profundo, cuya lucha desgarradora demanda la atención especializada de nuevas autoridades de salud, con el apoyo logístico de las FFAA, la iglesia y el sector privado.

Sucesos no tan recientes pero suficientemente cercanos

Es preciso recordar a los jóvenes lectores que la dictadura izquierdista militar de Velasco Alvarado y su sucesor Morales (1968-1980) ocasionaron una profunda devastación socio-económica, seguida por un mediocre segundo gobierno del honesto pero solitario Fernando Belaúnde (1980-1985).

Fue entonces que surgió Sendero Luminoso como la plaga más cruel y sanguinaria en la historia del Perú Republicano. Un profesor universitario en Huamanga llamado Abimael Guzmán, había aprendido la violencia genocida visitando al mismo Mao para desatar la guerra terrorista del campo a la ciudad. La tibia reacción de los gobiernos en la década del 80 (incluyendo el desastroso García I), fue felizmente corregida por Alberto Fujimori al asumir la presidencia en 1990. En setiembre 1992, la DINCOTE (Dirección Nacional contra el Terrorismo) y el SIN (Servicio de Inteligencia Nacional) lograron capturar a Guzmán, derrotando a Sendero. Se estima que 69,000 peruanos fallecieron y entre ellos, un 28% de nuestras Fuerzas Armadas y Policiales.

Otra gran conquista de Fujimori fue la reinserción económica y financiera internacional. Alan había resuelto no pagar la deuda externa del Perú en 1985 y la inflación anual entre 1982 y 1990 promedió 971.9%. El “fujishock” económico, la apertura comercial, privatizaciones y el apoyo del Fondo Monetario Internacional fueron determinantes en la mejora de la economía nacional. Desafortunadamente, la aparición de Vladimiro Montesinos como el nuevo asesor presidencial, contribuyó a un viraje autocrático y una extensa corrupción que opacó las numerosas acciones a favor de la población de bajos recursos. La pobreza pasó del 42.7 a 48.8 en todo el Perú.

No cabe duda que los primeros años del gobierno de Fujimori aliviaron grandemente el sufrimiento popular causado por el Velascato, el terrorismo senderista, el desgobierno de García y hasta el devastador Fenómeno del Niño de 1997. Sin embargo, no podemos ocultar las cifras de pobreza en medio de una condenable e imparable corrupción. Es evidente que el derrotado Sendero encontró aquí un terreno fértil para sembrar su venganza.

La débil institucionalización dentro de la política peruana

En los últimos 20 años, los “partidos políticos” se han comportado como agrupaciones en torno a caudillos incapaces de construir acuerdos sobre reglas y normas políticas. Esto dio lugar a la aparición del clientelismo político.

Al gobierno de Fujimori lo sucedieron Toledo (2001-2006) y García II (2006-2011). La Minería y la Agro-Exportación lograron que nuestro PBI per cápita promediara 6.42 entre 2005 y 2011, lo cual disminuyó la pobreza a un 30%. Sin embargo, la debilidad de las instituciones políticas se mantuvo y la corrupción seguía incontrolable, gracias a un ausente y también corrupto poder judicial.

Hasta que el senderismo intentó resurgir por iniciativa de Abimael Guzmán, condenado a prisión vitalicia en la Base Naval del Callao. En 2009 se fundó el MOVADEF (Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales), teniendo como objetivos la liberación de Guzmán, participar en política y anclarse en el espacio educativo. Intentando controlar el numeroso gremio magisterial Sutep, crearon el Conare-Sutep y se infiltraron en escuelas rurales e institutos educativos.

El gobierno de Humala (2011-2016) fue un intento de traer el Chavismo al Perú. Su campaña electoral recibió ingente apoyo económico de Venezuela y Brasil. Se habían presentado 10 candidatos presidenciales, 5 de los cuales no pasaron la valla electoral del 5%. Los resultados de la primera vuelta fueron: Humala 31%, Keiko 23%, PPK 18%, Toledo 15% y Castañeda 10%. Las tres últimas candidaturas afines sumaron 43%, pero debido a sus ambiciones personales solo lograron auto-eliminarse. En la segunda vuelta, Humala fue apoyado por empresarios y malos perdedores y firmó su “hoja de ruta” para hacerse del poder con 51.5% de los votos.

La cercanía del brebaje y el Efecto Nadine

El año 2011 estuvimos muy cerca de embarcarnos en la tragedia que hoy vive nuestra hermana Venezuela. Afortunadamente, la mujer de “Cosito” Humala visualizó un mundo de lujo y poder que nunca soñó, dejando de lado el temido viraje chavista, para intentar una réplica del Kirchnerismo argentino (Néstor + Cristina Fernández). Pronto Alan García acuñó la frase “Reelección Conyugal para el 2016”. Durante la presidencia de Humala, la venganza comunista quedó en “stand by”, si bien el quinquenio fue testigo de una extensa infestación de “caviares” en el país, abarcando gremios, municipios, instituciones educativas y diversas instancias del gobierno, donde fungían de expertos en asistencia social. El festín de puestos de trabajo estatal quedó insignificante frente a megaproyectos, como el Gasoducto Sur Peruano y la Refinería de Talara, comprometiendo una inversión de miles de millones de dólares. Otros proyectos de construcción como la Línea 2 del Metro y la Línea Amarilla de Lima, completaron la mega-torta que atrajo una maraña de coimas de Odebrecht y sus varios aliados, tanto nacionales como extranjeros.

El comunismo continuó su paciente infiltración mientras nuestra corrupción se incrementaba exponencialmente.

Solo la educación cívica salvará al Perú

El 25 de octubre 2012 preguntaba ¿el Perú está en peligro? Y respondía ¡claro que sí! Es que la población no parecía reaccionar. Giovanni Sartori, famoso experto en Ciencia Política, decía que “el pesimismo es peligroso porque nos lleva o induce a la rendición; pero el mal lo hace el optimismo o el tranquilismo, que conducen a no hacer nada”.

Con la bonanza económica, el gobierno funcionaba en “piloto automático”, pero la improvisación, frenos al progreso por parte de los “anti-patria” y el abandono de las urgentes reformas en salud, educación y justicia, anunciaban el peligro.

Y es que los comicios se enfrentaron sin la preparación cívica que pudo haber cambiado la historia. La educación cívica está dirigida a fortalecer la convivencia social entre las personas, ayudándoles a ser solidarios y cooperativos con los demás. Se trata de la enseñanza de las reglas del ordenamiento. De este modo se adquiere la capacidad de interpretar información política o desarrollar un análisis crítico de la democracia y del papel de los ciudadanos.

Y continuaron los procesos electorales

Con el estancamiento de nuestra economía a partir del 2014, nuestro PBI per cápita promedió 2.1 hasta el 2018.

Para las elecciones del 2016, se presentó PPK sin haberse preparado con un equipo ad-hoc los años anteriores, como era aconsejable. Además se presentaron 19 candidaturas, que con las 24 para nuestro pasado 11 de abril, nos hacen recordar al gran cuadro de Edvard Munch. ¡Es que estas aberraciones políticas peruanas ameritan un estentóreo grito de protesta que pudiese alcanzar a nuestros Cuatro Suyos!

La historia reciente es de todos harto conocida. No cabe duda que la orden de inmovilización militar y errores puntuales le quitaron el triunfo a Keiko en 2016. El fracaso de PPK fue aprovechado por un aventurero golpista, corrupto y mentiroso patológico, que gobernó varios meses sin Parlamento y quien, criminalmente, usó la pandemia para inmovilizar al país y activar la infiltración comunista, apoyándose en una prensa comprada por millonario avisaje para ocultar errores y difundir mentirosas encuestas de aprobación.

Vizcarra fue legítimamente vacado y, gracias a una vergonzosa cobardía congresal, fue reemplazado el 18 de noviembre 2020 por Francisco Sagasti, exalumno del londinense Instituto Tavistock, lugar que es bien conocido por haber propuesto teorías de conspiración y un Nuevo Orden Mundial. Así pasamos del Covid-19 a la Peste de Albert Camus, el genial existencialista francés que idealizó los efectos que una plaga podía tener sobre una determinada población. Esos efectos los estamos viviendo en nuestro terruño con una peste de color morado.

Hoy tenemos comunistas en el Ejecutivo, el Legislativo, el Ministerio Público y hasta en el Poder Electoral. Por si fuera poco, la nefasta prensa nacional continúa desinformando al país. El fiasco electoral del 11 de abril, llevado a cabo por un fraudulento Poder Electoral, confronta a un comunista que recibió 19% de los votos contra Keiko Fujimori que obtuvo 13.4%. Atrás quedó nuestra mejor opción, Rafael López Aliaga, con 11.7%. La feroz campaña de Odebrecht y sus secuaces surtió efecto…por ahora. Lo escribo con todas sus letras.

Ello nos hace pensar que una nación sin partidos políticos es característica de retrógradas dictaduras comunistas o debilitadas democracias enfermas por una rampante corrupción; es claro que somos un ejemplo de lo segundo y nuestra desgracia sería convertirnos en lo primero.

Volvamos finalmente a la amargura que sentimos frente a la segunda vuelta del domingo 6 de junio, nuestro día D, 77 años después del original, el de las costas de Normandía. He aquí una estrategia:

   -Amanecer con un brote de civismo electoral y votar por Keiko Fujimori.

   -No creer en las encuestas caviares. Esta vez la Onpe no podrá disfrazar los debates.

   -Votación proactiva: Minimizar votos blancos o viciados.

   -Permitir el voto de ciudadanos militares. Que los llamados a custodiar la elección hagan turnos solo de 12 horas (12-12, am o pm).

   -Alerta máxima de los Organismos Tutelares del Estado, especialmente las FFAA, la PNP y la Defensoría del Pueblo. El Ministerio Público y la Junta Nacional de Justicia padecen por ahora de un marcado sesgo ideológico.

   -Fin de campaña de Keiko en el Paseo de los Héroes Navales, con la presencia de Rafael López Aliaga, Francisco Tudela y otras personalidades democráticas, con manifestantes solo con banderas peruanas y un fuerte contingente policial para apoyar apropiadas medidas sanitarias.

 

Que un verdadero despertar democrático nos permita destruir la corrupción y emprender el camino del progreso. Tenemos que aprender de nuestros errores y llevar a cabo urgentes intervenciones sanitarias, económicas y políticas para iniciar un largo proceso de Reconstrucción Nacional.