viernes, 26 de septiembre de 2025

A LOS PERUANOS QUE LE GUSTA EL FUTBOL

                                             A LOS PERUANOS QUE LES GUSTA EL FUTBOL

Jorge E. Uceda 

Cuatro de la tarde. Dos equipos ingleses han concluido un intenso encuentro de fútbol. Los locales perdieron 1-2 ante un reciente ganador de la Champions League. Había que ver el despliegue físico en ambos equipos, ataques insistentes a toda velocidad y defensas igualmente ágiles, fuertes y coordinadas. Ganó el Club con más libras esterlinas, pero había que ver la potencia de esos jugadores altos, fuertes, dotados de excelente físico y, además, con depurada técnica futbolística. Me hizo pensar en mi Perú. El perdedor del partido aludido hubiera goleado sin piedad a nuestra selección. Ahora nosotros, casi nos hermanamos con Chile, a la cola de diez selecciones sudamericanas. Con 18 partidos jugados, compartimos la cola con 12 puntos y 11 para nuestro eterno rival. Fuimos la peor delantera, solo 6 goles contra 9 de los chilenos. En la clasificación final, Bolivia y Venezuela lograron, respectivamente, 8 y 6 puntos más que nosotros.

Tengo 85. Solo dejé de patear pelotas hace 7 años porque mi rodilla derecha se molestó definitivamente. Recuerdo los días en que la afición ensalzaba jugadores que hacían brillar la bicolor en contadas ocasiones, pero el sistema siempre fracasó. Nos contentábamos con destacar el “virtuosismo del fútbol peruano”, de “sus viejas glorias”, pero los resultados generalmente eran mediocres. Solo asistimos a cinco competencias mundiales: 1930, 1970, 1978, 1982 y 2018. Nuestras autoridades deportivas siempre demostraron su incapacidad. Uruguay y Paraguay, países más pequeños y con menos recursos naturales han participado, respectivamente, en 14 y 8 campeonatos mundiales de la FIFA.

El fútbol fue para mí un deporte pedagógico. Lo practiqué intensamente y me enseñó competitividad, hidalguía y la importancia de trabajar en equipo. De joven soñaba con defender el arco de mi querido Sport Boys en el Estadio Nacional, pero mi vocación quirúrgica con los niños me llevó por caminos impensados que hasta hoy atesoro. Vuelto a la Patria, me entristecía la paupérrima situación del fútbol nacional. Sin embargo, creo oportuno hablar de su recuperación en un futuro no muy lejano, siempre y cuando se comprenda que el tratamiento englobará acciones a corto, mediano y largo plazo.

Cuidados intensivos.

Estamos ad portas del advenimiento de un nuevo gobierno. La población padece 30% de pobreza, 80% de informalidad, crónico desfase institucional y político, rampante inseguridad ciudadana y ausencia de importantes reformas sociales. Todo ello es consecuencia de sucesivos gobiernos ideologizados. La salud y la educación son indispensables para lograr una moderna ley del deporte que beneficie a nuestra juventud. El Perú actual tiene que sacudirse del maligno engendro del globalismo y la corrupción para salir del estancamiento político y social que nos impide crecer y desarrollar. Solo una nueva y responsable administración podrá conformar un verdadero equipo de profesionales y líderes de opinión que ocupen las diferentes federaciones deportivas que necesita el país, el fútbol en particular. El balompié profesional nunca podrá resurgir sin una esmerada atención a la niñez y a la juventud. Las medidas a tomarse en cuidados intensivos necesitarán concentrarse en las etapas formativas. Los expertos consultados trabajarán en turnos, día y noche, para desarrollar programas y empezar a hacerlos andar.

Cuidados intermedios.

Esta es la etapa de recuperación. Un Estado reestructurado, con evidente crecimiento socioeconómico y decreciente corrupción, son los ingredientes que facilitarán que nuestro fútbol se recupere. La bonanza empresarial beneficiará los clubes profesionales que entonces contarán con el apoyo de numerosas empresas privadas y más eficientes juntas directivas. Nuevas generaciones de jóvenes futbolistas será el resultado de academias privadas, campeonatos escolares y universitarios, en todo el territorio nacional. No me cabe ninguna duda que el peruano aprende bien a jugar el fútbol, pero es importante modernizarlo para verlo nuevamente competitivo. Sin un estado físico excepcional ningún planteamiento será exitoso. Se necesita jugadores especialmente bien alimentados y con sólida personalidad. Este será el camino para conseguir los atletas que respondan al trabajo de renovadas legiones de preparadores físicos, no solo graduados en excelentes escuelas universitarias sino también con maestrías y diplomas internacionales. Nunca más veremos equipos carentes de la competitividad que se aprecia en las mejores ligas europeas. Dale al peruano una dieta hiper proteica e hiper calórica y “sácale el ancho” en el gimnasio y en los gramados, tanto en la costa como en la altura; aplícale el entrenamiento de “marines” norteamericanos y verás selecciones bicolores triunfando en cualquier torneo FIFA o UEFA o similares.

Cuidados a largo plazo.

Ellos se aplicarán durante una o dos generaciones (18-36 años), demandarán una fuerte inversión económica y pienso que solo serán exitosos si son gestionados por una institución autónoma, no gubernamental e independiente de los avatares políticos. Me refiero a la prevención de la desnutrición materno-fetal en el Perú, el más importante problema de salud pública que tenemos, pues afecta al 20% de la población y nos mantiene en el subdesarrollo. Este problema lo ha sufrido el Perú durante varias décadas, pero es desconocido por la mayoría porque, desgraciadamente, no es noticia. ¿Quién no ha visto niños peruanos que subsisten en la pobreza? Estamos acostumbrados a verlos con su talla pequeña, flacos y pálidos, viviendo en zonas periféricas y poblaciones alejadas o en la capital, acompañando a familiares pidiendo limosna. Sin embargo, la costumbre adormita la iniciativa y conduce a la indiferencia. Los políticos cortoplacistas son los responsables por predicar el populismo y la satisfacción de sus apetitos personales. Las reformas sanitarias y educativas no se plasmarán en un solo período de gobierno democrático, aunque sí se podrán iniciar con prontitud. Los logros definitivos ocurren a largo plazo.

Con respecto a la Desnutrición Materno-Fetal (DMF), ésta se presenta en países con una alta incidencia de pobreza. La desnutrición afecta a la gestante, originando un fenómeno metabólico en el útero que altera el desarrollo de los genes y el cerebro del feto. Muchos bebes fallecen en el vientre materno y los sobrevivientes tienen un alto porcentaje de taras genéticas y cerebrales. En el Perú, es evidente que en las últimas décadas se ha establecido un círculo vicioso que lo mantiene cautivo en el subdesarrollo: Pobreza – Desnutrición - Madre gestante desnutrida – Recién nacido con taras genéticas y cerebrales. Ello nos hace pensar que tenemos generaciones enteras de nuevos ciudadanos con profundas limitaciones socio económicas y mentales. Creemos que aquí está la clave para explicar nuestro subdesarrollo. El día que lleguemos a recuperar la democracia y la libertad, lograremos disminuir marcadamente la pobreza y romperemos el círculo vicioso señalado.

Nosotros hemos propuesto una agresiva intervención nutricional en los primeros dos años de vida. Por otro lado, dejamos constancia que el consenso de expertos estimaba que la prevención del problema requería de una fuerte inversión no solo para la presente sino la siguiente generación. El Instituto de Prevención de la DMF será un organismo especializado y autónomo, tipo Banco Central de Reserva, con el fin de gestionar a nivel nacional un programa científicamente estructurado. Como dijimos, el trabajo debe ser independiente de influencias gubernamentales y políticas. Detalles y metodología serán publicados por el autor a pedido de los interesados.  A nivel nacional, los niños tratados serán seguidos durante ocho años para medir su Cociente Intelectual. Un buen coeficiente de inteligencia infantil es importante para una vida exitosa, para producir liderazgos y mejores logros escolares y deportivos. Este paisaje onírico requiere ser conocido, estudiado y convertido en noticia por nuestros comunicadores sociales, cuyo concurso es impostergable para lograr el despertar nacional que impulse la cruzada propuesta.

No podremos recuperar el fútbol peruano si no atendemos a la triada terapéutica expuesta líneas arriba. Como decía nuestro vate: ¡Hay hermanos, muchísimo que hacer!


Miraflores, 26 setiembre 2025.

jorgeuceda@yahoo.com